El Navegante Dormido de Abilio Estevez

Hace varios años me deslumbró una novela que recuerdo como una experiencia sensorial entre personajes que a veces basculaban hacia lo sórdido y otras hacia lo mítico, mientras en un itinerario que apuntaba cierto surrealismo, se hundian caminando pérdidos en una selva de palabras , metáforas, poesía, sueños.... se llamaba Tuyo es el Reino y era lo primero que publicada un escritor cubano llamado Abilio Estevez.
Su siguiente novela , Los Palacios Distantes , la veo desde el recuerdo ( y pido disculpas, los recuerdos son a veces equívocos ) como el deambular de tres perdedores en un territorio extremo donde la ciudad ya se ha convertido en ruinas sin reconocerlo.
Y también disfruté con los relatos que, desde el corazón, poblaban El Horizonte y otros Regresos ( que título tan hermoso ).
Con El Navegante Dormido he visitado de nuevo esa Cuba densa donde en el pasado la nostalgia se confunde con ansiedad, donde es tanto lo que parece digno de ser recordado que se confunden los años y las generaciones, las realidades y los deseo. Porque tengo la sensación de que los personajes de Estevez siempre están henchidos de deseos, unos reconocibles, otros confusos incluso para ellos mismos , como se país en el que viven.
Y en el viejo caserón, con ese remedo acumulativo de familia que poco a poco va creando el tiempo, también nosotros esperamos la tormenta escuchando sus miserias y sus grandezas; navegando entre lo que es cierto y lo que nos van a contar. Entre cuerpos y almas.
En algún sitio he leido que en el caso de este escritor el poeta llega a ahogar por momentos al narrador.
Puede ser, pero a mi me parece una gozada sumergirme en su lenguaje selvático, en la lucidez de su poesía y en sus fábulas tristes.
Y así pienso seguir haciéndolo, esperando ahora ya un nuevo regreso.

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