Las Horas de Verano de Olivier Assayas

Existe un cine clásico, narrativo, sencillo en apariencia . No es un cine caduco, no tiene porque serlo, ni convencional. Es un cine , como cualquier otra disciplina , interesado en contar una historia utilizando los recursos del séptimo arte , la imagen y la palabra , y centrado en que el espectador pueda seguir el desarrollo de lo que se cuenta paladeando, entendiendo, disfrutando de un cuento más.
En este caso , desde la disolución de un patrimonio familiar , asistimos a la transmutación de un mundo, una sociedad , cercana , a un mundo globalizado donde objetos vividos del pasado pasarán a convertirse en piezas de museo , y donde , al mismo tiempo, una familia estructurada alrededor de una vieja mansión campestre y sus recuerdos , se limita al afecto ( real, sin duda, entrañable, por supuesto ) de personas que tardarán en volver a verse , que dificilmente compartirán situaciones cotidianas.
Son muchas las lecturas de este precioso relato , abierto a que podamos recibir , cada uno a su manera, las motivaciones y el devenir de cada uno de sus personajes principales.
Pero lo que más me gusta de Las Horas de Verano es su tono y las elecciones del director para encajar los diferentes segmentos :
En el primer caso, se habla de un film chejoviano; posiblemente pueda calificarse así. Lo importante es la sosegada elegancia que desprende , sin temer a los sentimientos en una narración en principio muy racional. Interludios como la última escena de la madre y su diálogo con la criada de toda la vida , el paseo de esta última por esa casa que se convierte en un personaje que observa desde su interior ( que planos tan hermosos ) a sus habitantes o el tramo de la tasación, están cargados de sensibilidad , de emoción contenida . Lo que podía haber derivado en un melodrama familiar nunca pierde su ligereza.
Por lo que se refiere a los diferentes segmentos , me gusta el cambio de perspectivas donde ningún personaje se convierte en protagonista y donde las diferentes piezas van encajando desde su propia personalidad . Desde la reunión de familia, la que comienza con el viaje del hijo mayor para ver el cementerio, los tasadores o la visita al museo. Una forma de narrar abierta, plural, rica.
La película tiene efectivamente un aire clásico, no busca alardes más allá de su contenido, de una preciosa historia muy bien contada .
Hay que ser un gran maestro para que no se note tu presencia. Y esa corriente de humildad la siento en esta obra inolvidable.

Público

Comentarios