ELCHINO de Hening Mankell

Hace ya un año abrí este blog hablando de Mankell. Buena razón para cerrar este 2008 con el mismo autor, uno de mis favoritos; un narrador de casta, un pensador preocupado por el mundo que le rodea, capaz de profundizar en el género negro dentro del ambiente óscuro y helado de su Suecia natal, capaz de crear una preciosa tetralogía juvenil, capaz de demostrar que hay vida después de Wallander, de buscar otras formas narrativas como demostró en Zapatos Ingleses , Profundidades o la fantástica El Cerebro de Kennedy.
Y de publicar una novela como El Chino.
Las novelas negras de Mankell siempre fueron abiertas; muchas veces faltaban referencias a los protagonistas que los lectores sí conocíamos, referencias que nos acercaban a horizontes lejanos en ocasiones como problemas políticos en Africa ( La Leona Blanca ) , dramas en las misiones ( La Quita Mujer ), la dura vida de un poblado latinoamericano ( La Falsa Pista ) ....
Mankell quizás nos trasladaba con ello que muchas veces la oscuridad, lo sombrío del comportamiento humano, es consecuencia de un entorno injusto, de un entorno cruel , que ofrece pocas salidas a muchos seres humanos. Desde un género tradicional nos enfrenta a un mundo duro, del que todos somos de algún modo responsables. Y casi como el efecto mariposa, nos sorprende con la extensión de las consecuencias.
En este caso, la novela es tan abierta que parece que a la mitad , entramos en otra. Parece que El Chino no es un relato sino dos .
El inicio es tan potente desde el punto de vista noir que el cambio es chocante, no tanto el episodio histórico como el viaje a China, se tiene la sensación de perder el objetivo. Pasamos de un infierno helado, un suceso atroz , a la frialdad del análisis del devenir del comunismo y los preceptos de Mao.
Es una apuesta difícil, no totalmente lograda seguramente por su propia naturaleza , conocida por el autor. Como tal debe de ser respetada y analizada sólo desde el punto de vista narrativo.
Y en ese sentido, la obra es muy válida: por un lado , estamos ante un autor que sabe dosificar la tensión, crear los puntos de conflicto, alargar el misterio, y , por otro lado, también es capaz de trasladar su opinión sobre la situación de China y la crisis de las utopías de una forma clara, incluso algo didáctica.
El Chino quizás abre otra vía en un Mankell más vinculado a contar que a resolver, más interesado en trasladar su opinión ética que en narrar misterios. Por primera vez el peso está más volcado en esa lección que en el mero entretenimiento. Lo veremos.
En cualquier caso, yo sigo apostando por él. Me gusta, siempre me ha gustado, nunca falla.

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