MARIA PAGES - AUTORETRATO

No sé nada de baile flamenco; no estoy acostumbrado a verlo; no tengo ni idea de técnica, no conozco los palos...
El viernes pasado fui a ver Autoretrato de María Pagés al Teatro Español.
No puedo hacer una lectura técnica , no sé.
Sólo puedo hablar de lo que sentí. Voy a intentar hacerlo sin caer en los tópicos.

El espectáculo parece comenzar desde el tenue movimiento de los brazos, en el silencio. Es como si esas manos, esos hombros, esos codos, no tuviesen esquinas y fuesen dibujando la música en el aire.
Desde ese momento tengo la sensación de que María Pagés embruja el espacio, con un espejo, con sonidos que son lamentos, y lo abre y lo cierra , y lo llena de luz o se lo pone a la espalda como una cola infínita.
No es poesía, o no es sólo poesía, es una disciplina diferente que auna tiempo y espacio, movimiento e imágenes que son como cuadros.
No puedo dejar de pensar que hay tanto de sentimiento y de personal en este espectáculo, que es imposible repetirlo cada noche, y con ello creo que todos asistimos a un espectáculo único.
Esa noche María Pagés montó fiesta, se levantó, se enfrentó, bailó y se divirtió con su gente , rompió el aire, reflejó la luz, creo que voló.....
No es extraño que viendo y escuchando las Nanas de la Cebolla, algunos sintiésemos una lágrima.

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