Los elementos son reconocibles desde el primer momento:una isla solitaria en el medio del mar , a la que un barco se acerca entre la niebla , una contínua tormenta, un hospital equiparable estéticamente a los castillos de nuestros peores sueños.
A partir de ahí entramos en la pesadilla : con un punto de partida de thriller psicológico clásico de serie B, no tardamos en darnos cuenta de que Poe no está lejos .
Y desde la trama exterior , plagada de vueltas , de meandros, se sorpresas, encontramos otra trama paralela interior , otra perspectiva que lleva al límite la subjetivación de la narración.
De nuevo un infierno, una pesadilla comparable a otras obras de su autor como Al Límite y realizada con un nivel de expresionismo narrativo que hace que nos impregne la angustia , el miedo, el dolor y la constante necesidad de ir más allá.
Me gusta todo en esta película : la historia , el guion , la promiscuidad de su música , los colores de una excelente fotografía y sobre todo las oníricas pesadillas que , rozando el surrealismo, nos van llevando cada vez más al terreno donde los pies no tocan la tierra.
Y no quiero escribir nada más porque correría el peligro de dar las claves de acceso a esta cinta que a mi me tuvo las dos horas y veinte minutos que dura absolutamente pegado al asiento.
Posiblemente sea una película de encargo pero lo importante es a quien se le ha encargado.
Los maestros lo son porque pocas veces fallan.
Público
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