NOVELA: AMOR EN VENECIA, MUERTE EN BENARES de Geoff Dyer


Editorial Mondadori
298 páginas
Creo que hacía tiempo que no leía algo tan cercano a la tradicional literatura de viajes como esta obra. No me refiero a guías más o menos descriptivas sino a obras donde el subjetivismo del autor tiene un peso fundamental.
En este caso vamos más allá y lo que se injerta en la panorámica de ambas ciudades es un trasunto de relato , con personajes , uno central, que de alguna manera pretende asumir, entiendo, la voz y pensamiento del autor.
Y en concreto la primera se enmarca en un momento determinado, en un acontecimiento ( la Bienal ) que da un sentido muy singular a toda la peripecia.
Vayamos por partes:
Tengo la sensación de que aunque nos encontremos con un hilo conductor en su protagonista, este libro podría ser en verdad dos novelas independientes vinculadas a un mismo género, y , como tal, también son diferentes sus planteamientos y sus resultados.
De Amor en Venecia me quedo con casi todo: por supuesto la descripción de la magia de la ciudad, de las sensaciones que provoca, de su olor, su color, su nostalgia.
También con esa descripción irónica y precisa del mundo del arte y del magma social que se mueve a su alrededor, persona a persona, gesto a gesto, inquietud a inquietud, lo que finalmente se muestra como una disección de las miserías humanas.
Me quedo también con esa historia de amor eterno que dura sólo tres días , que se configura como la estilización de cualquier larga historia , que deja huellas en cada paso y que puede complementarse con una expresión brutal y descarada del sexo, fruto quizás de la sinceridad de los cuerpos cuando el tiempo es corto.
De Muerte en Benarés sin embargo me quedo con mucho menos , sólo el color y las muchedumbres, los movimientos, su pluralidad y alguna referencia que nos lleva al centro del Mundo.
Por lo demás me pierdo.
Sobre todo por lo lejos que está el comportamiento de su personaje de aquel al que habíamos conocido, habiendo convertido su fina ironía en un mero creador de metáforas ocurrentes , y su itinerario en un remedo un poco burdo del occidental clásico enamorado de lo oriental.
Creo que ha sido un gran éxito y he leido críticas muy favorables. A mi me desconcierta el cambio. No entiendo la unión.
Para mi sería allgo así como Sorprendido en Venecia, Absolutamente Perdido en Benares.
Público

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