Editorial Mondadori
240 páginas
Tengo la sensación de que en sus últimas obras ( me cuesta llamarlas novelas ) Coetzee ha dejado el exterior para hacer un giro hacia si mismo.
De esa manera , además de un ejercicio descarnado de honestidad, su reconocimiento de la incertidumbre, la dureza , la crueldad del mundo, no es ya algo anecdótico sino tan real como un diario, como una experiencia.
Además, si bien la escritura sigue siendo la forma petrea en que , como en una muralla, encajan poco a poco las palabras, la estructura se convierte en un campo experimental con piezas tan logradas y valientes como Diario de Un mal año.
En este caso, directamente nos enfentramos a una autobiografia en forma de juicio, porque son diversos personajes los que trasladan sus vivencias, más o menos trascendentes con el esritor . Y tengo la sensación de que este no esconde nada , no disimula, no maquilla.
El resultado es extrañamente hermoso y absolutamente lúcido.
Un regalo que , sin dejar de ser en ningún momento literatura tiene mucho, muchísimo de corazón.
Público
Recomendaciones.
Del mismo autor: Diario de un Mal Año
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