OPERA: IPHIGENIE EN TAURIDE de C.W. Gluck

Teatro Real- Madrid
Director musical- Thomas Hengelbrock
Director de escena- Robert Carsen
Maria Riccarda Wesseling. Lucas Meachem. Yann Beuron. Frank Ferrari. Susana Cordon. Maite Alberola

Dentro de la mitología griega ( y de la mitología en general ) dudo que haya muchas estirpes tan marcadas por la tragedia como la que rodea a Iphigenia.
Agamenon, Climennestra, Electra, Orestes... conforman una saga absolutamente aterradora de asesinatos, adulterio, venganzas, sacrificios, como si se hubiese abierto una fuente por la que la sangre y el horror debiesen manar de forma constante.
La tragedia de Eurípides en la que se basa el libreto de esta ópera, parece ir un escalón más allá, situando a sus personajes en el límite , y privándolos , de alguna manera , de toda acción, como si sólo fuesen peones de lo que ha ocurrido y lo que va a ocurrir.
Tengo la sensación , de que además Guillard ( autor del libreto ) deja menos espacio a los dioses, con lo que el drama es aun más árido, transmitiendo la impotencia de estos seres humanos en su soledad frente a un destino que, no sólo parece pedir sangre sino que sean ellos mismos quienes la derramen.
La belleza de la música de Gluck convierte en poesía todo el dolor, todas las dudas, desde el interior, en silencios y en arias de una desesperación que no necesita del desgarro. Que placer escucharla y sentirla.
Por lo que respecta a la puesta en escena de esta producción, Robert Carsen se ha convertido ya en una especie de director de culto en el Real.
Desde Diálogos de Carmelitas, a Salome, pasando por Katia Kabanova, sus presentaciones son recibidas siempre con una espectación que, creo, no concita ningún otro.
Y no es para menos. Es un genio.
En este caso, no le hace falta más que entrar en el interior, en el territorio mental de una caja negra para recrear a la perfección la pesadilla de estos seres que no ven la luz, para trasladar el horror .
Y a partir de ahí ser capaz de darle movimiento, y hacer presente lo narrativo de esta historia ( ejemplar como en el inicio , consigue trasladarnos los sucesos previos a través del ballet y los nombres en las paredes ).
Especial mención merecen la soberbia iluminación del propio Carsen y Peter van Praet y la absolutamente sobrecogedora coreografía de Philippe Giraudeau.
Estoy seguro que ya , en la Temporada de Opera del Real, no soy el único que decide , también, en base al director de escena.
En este caso, ha conseguido dos horas de belleza en y con la oscuridad. No es nada fácil.

Público

Comentarios