Idea, guión y presentación: Polo Vallejo
Director musical: José Antonio Montaño
Mientras los habituales del Teatro Real de Madrid intentan sobrevivir a la temporada que les ha preparado Mortier ( entre curiosa y osada, pero en cualquier caso, nada cómoda ), el Coliseo madrileño sigue apostando , dentro de su programa pedagógico, por la creación de nuevos públicos.
En este ámbito no ha sido necesario cambiar nada, y espero que no lo hagan, porque junto con propuestas generalmente acertadas , contando con compañías invitadas como Karromato y Etcétera, y producciones propias de ópera, no faltan los conciertos didácticos de Polo Vallejo, y este se ha convertido ya en un clásico , en un amigo cercano que nos va acercando ( no sólo a los más pequeños ) a las maravillas de la música.
Lo mejor de sus propuestas es precisamente su singularidad, y es que cada una de ellas es diferente de la anterior y responde a una naturaleza distinta en la que se integran diferentes disciplinas: hemos pasado por el ballet, la historia del jazz, el humor, los cuentos... y cada una se disfruta en si misma y ayuda a disfrutar de la música que enmarca.
Esta vez, al entrar en el hall del Teatro, nos encontramos con una gran y colorista maqueta de un pájaro de sueños; dentro nos espera una Orquesta completa llenando el escenario; una pantalla nos promete imágenes, y desde ahí se inicia el espectáculo.
Y entre dibujos y sombras, y espejos sobre la partitura, entre juegos y magia y la intervención del público, descubrimos que además esta vez el proyecto surge de un trabajo en un instituto de Leganes, y es genial ver como los alumnos se involucran en él.
Todo me gusta en este experimento. Y a los pequeños también.
Quizás a Polo Vallejo, se le reconozca la creación de nuevos públicos. Visto lo visto es una inversión . Lo van a necesitar.
Público
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