Editorial Anagrama
280 páginas
Dentro de la nueva narrativa inglesa , el metálico Amis , el irónico Barnes , mi favorito es sin duda Hanif Kureishi.
En cualquier caso, también a Mc Ewan le debo muchos buenos momentos . Dejando de lado la intrascendencia de Cecil Beach, me gusta su capacidad narrativa , su facción de contador de historias y su claridad para hacer siempre reconocibles y cercanos sus escenarios.
En Solar creo que , por primera vez, se centra en un personaje concreto que nucléa toda la acción o , mejor dicho, las diferentes acciones que conforman la novela . Y de hecho no coincido en los que ven esta obra como un tratado irónico sobre las energías alternativas : para mi el tema es , una vez más , una excusa , muy bien urdida como siempre , para hablar de seres humanos y sus relaciones . Beard se conforma a mi entender como ese astro, brillante pero peligroso , alrededor del cual giran el resto de los personajes , con una inteligentísima estructura que , a pesar de pivotar en tres fechas , se expande para ofrecer un retrato amplio , desde su infancia hasta la vejez.
Recorremos sus matrimonios , sus paseos por la revolución juvenil, su encuentro con los nuevos modelos económicos, siempre acompañando a esta figura de deleznable amoralidad e incapacidad para pensar en alguien más que no sea él mismo, cazador de placeres epidérmicos y absolutamente terrenal.
Tampoco soy capaz de encontrar la ironía y comicidad a la que hacen mención los comentarios de contraportada : a mi me parece la imagen trágica de un moderno triunfador con valores absolutamente inadmisibles para un mundo que aboga , eso sí, por retornar a energías ( y posiblemente una moral ) más limpias. Un descenso.
Creo que en Solar está lo mejor de Ian Mc Ewan : ese gusto por el detalle que ya acompañaba Expiación y, sobre todo, Sábado, casi chejoviano pero con mayor horizonte , y su gusto por la anécdota capaz de trasladar el interior de sus personajes y su lugar en el mundo.
Es absolutamente recomendable , aunque personalmente no le veo la gracia por ningún lado.
Público
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