NOVELA: VERANO Y AMOR de William Trevor




Salamandra


218 páginas




La diferencia entre la buena literatura y la buena pintura, es que si la segunda desde la plasmación del exterior consigue transmitir el interior, la primera funciona en sentido inverso.


En ocasiones como la que nos ocupa, la maestría del narrador es tal que llega a ser capaz de traspasar ambos géneros, y así, con una sencillez aparente asombrosa, consigue "pintar" a la perfección la vida en un pequeño pueblo irlandés de los años cincuenta, abarcando aromas y colores, pero también el gris de las costumbres y las convenciones sociales , y las nieblas interiores de cada uno de sus personajes.


En el centro, la historia de Ellein y Froilan, un pequeño trozo de su historia, sin ninguna afectación, pero que podría ser cualquier otra de las que se atisban con precisión: la de la soledad de la dueña de la pensión, su pasado, el de sus padres y sus hermanos o el loco del pueblo, la tragedia del granjero o la del recuerdo de un amor pasado.


Pero lo que realmente importa es la minuciosidad con la que, página a página, nos sentimos transportados a ese entorno, a ese paisaje, interno y externo.


Verano y Amor me parece una obra maestra por su capacidad de traslación, pero también por su serenidad, por ser capaz de conseguirlo, como en la buena literatura, simplemente con el uso adecuado de las palabras.




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