CINE: MARTHA MARCY MAY MARLENE de Sean Durkin

USA 2011
Elizabeth Olsen. John Hawkes. Sarah Paulson. Hugh Dancy. Christopher Abbott. Brady Corbet. Louisa Krause. Maria Dizzia. Julia Garner

Bajo este complicado título, se esconde una verdadera sorpresa, una de las películas más magnéticas y más inteligentes de esta temporada.
Cierto es que venía avalada por diferentes premios festivaleros, pero eso hay ocasiones en que sólo es garantía de pedantería.
No es el caso.
Lo más sorprendente es que, tratándose de un tema que es susceptible de ser tratado desde diferentes perspectivas ya conocidas, consigue ser una cinta que, asumiendo sus referentes, resulta absolutamente original.
La historia parte del momento en que la Martha del título ( no desvelaré el significado del mismo ) abandona su vida en una especie de comuna con trazas de secta donde ha vivido los dos últimos dos años.
A partir de su reencuentro con su hermana, asistiremos en lecturas paralelas perfectamente engarzadas a su inmersión en la misma, alrededor de un mefistofélico personaje no demasiado lejano de Charles Mason, y a sus dificultades de readaptación a una vida normal.
La película tiene referentes al thriller y al terror psicológico, pero un guión fantásticamente escrito consigue crear algo nuevo al plantear esas dos dimensiones temporales como dos espejos que se reflejan y que incluso llegan a tener imágenes mezcladas, no sólo en su integración técnica sino en el contenido, como por ejemplo, en la excelente escena de la cena donde Martha responde a su cuñado con el decálogo del gurú de quien ha huido.
Con ese armazón, el director/ guionista nos sitúa además en la mente de la protagonista, y es desde ahí, con una narración minuciosa, contenida, pausada, donde vamos navegando entre la lucidez y la locura , hasta uno de los finales más abiertos, arriesgados e impactantes que he visto en mucho tiempo.
Se agradece además que en la narración no se haga ningún hincapié en lo sórdido de una historia ya dura por si, lo que además le otorga un nivel sobrecogedor de documento.
Dos últimos apuntes:
Sin ningún asomo de pretenciosidad, el director aprovecha para realizar un ejercicio de estilo que se describe como propio, preciso y capaz. Muy logrado.
Y por supuesto, es difícil terminar sin alabar la excelente interpretación de una Elizabeth Olsen , un modelo de contención y expresividad ante un personaje difícil que ella es capaz de vivir desde el interior.
Creo que está claro que Martha Marcy May Marlene me ha parecido fascinante. El cine independiente esconde a veces, ya lo he dicho antes, trabajos que a mi entender, parecen recoger una serie de halagos lanzados al azar y no merecidos. En otros casos, ofrece proyectos tan personales y tan logrados como este, presentación de un director sugerente del cual esperar mucho.

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