NOVELA: BOMARZO de Manuel Mújica Lainez

Varias editoriales.
Alrededor de 700 páginas.

Una vez que he terminado de leer Bomarzo, no puedo dejar de hacerme varias preguntas.
¿Cuanto tiempo hace falta para escribir una obra de este volumen?, ¿ una vida?.
¿Que conocimiento hay que atesorar para poder verterlo en estas páginas con esta naturalidad, con esta fluidez, con esta percepción de ligereza?
¿Cuantas correcciones deben de llevarse a cabo para engarzar una narración tan basta, tan compleja, tan poblada, en una estructura tan perfecta que no hay una página que no conduzca a la siguiente?.
¿Cuanta pasión hace falta tener en lo que se cuenta y en el arte de contar para conseguir apasionar tanto?.
Y más allá:
¿Puede una obra ( repito obra como en mi primera pregunta ) ser considerada sólo una novela? ¿no es una definición limitativa? ¿ no son varias novelas ? ¿ puede esgrimirse la definición de novela enciclopédica?.
En cualquier caso, de alguna manera hay que llamarla, y ahora, que se ha puesto de moda la novela histórica, quizás se deba de asumir que es esa la referencia adecuada.
Bomarzo,  es capaz de mezclar la euridición más absoluta con una narración maestra, y de construir una colección de personajes donde los perfectamente definidos perfiles psicológicos, nos los acercan sin , en ningún caso, generar ningún anacronismo.
En el paisaje del Renacimiento, paisaje pintado interior y exteriormente con una riquísima paleta de colores, el Duque de Bomarzo se nos desnuda, desde su origen, desde su nacimiento, como un ser humano propio de su tiempo, en una moral que navega entre la virtud y el pecado, entre el horror y la belleza, y a su lado transcurren gran parte de los acontecimientos que hicieron de esa época un periodo único, convulso, brutal y terriblemente hermoso.
Con él recorremos batallas íntimas y guerras feroces. Y llegamos a compadecer su deformidad de jorobado y a ser incapaces de disculparle, aunque siempre nos sintamos cerca gracias a la calidez de su narración.
Bomarzo, con cuyas fotografías adorno esta entrada, se convierte casi en un animal, poblado a su vez de los monstruos de piedra que son reflejo de seres humanos que, perdiéndose en sus miedos y en sus ambiciones, se mutaron en monstruosos.
Y yo como lector, no puedo más que sentirme hechizado por esta historia, fascinado, agradecido, como si verdaderamente, hubiese sido partícipe y testigo de lo que así se cuenta.
¿Puede pedirse a una obra de arte algo más ?

Público
 

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