NOVELA: SIETE AÑOS de Peter Stamm

Acantilado
262 páginas

Que difícil es hacer el mapa de una relación en el tiempo.
Ser capaz de cartografiar su nacimiento, su desarrollo posterior, haciendo confluir la evolución individual de cada uno en la de la pareja en si misma.
Que difícil no hacer trampas: dejar que los personajes se muestren por si mismos, vía sus acciones y no bajo descripciones más o menos artificiales que pretenden crear posiciones y no dejar que estas surjan naturalmente; que complejo trasladar los matices que tiene cualquier personalidad, sus contradicciones, sin intentar explicarlas o justificarlas incluso.
Esta novela del para mi hasta ahora desconocido Peter Stamm consigue eso y mucho más.
Con una estructura que navega con claridad pero sin pesar, entre presente y pasado, eligiendo fragmentos relevantes y aprovechándolos para transmitir información más genérica, asistimos a la relación de Alex y Sonja, contada por él, desde la amistad al desamor.
A su alrededor diferentes personajes, algunos muy importantes, pero que sirven fundamentalmente en la medida en que interactúan en la historia de la pareja, aunque uno de los grandes aciertos del autor, es que incluso aquellos que tienen un papel más reducido, no quedan por ello desdibujados sino que el catálogo les otorga a todos los perfiles necesarios para hacerlos humanos.
La narración se encuadra en un momento histórico del que se nos va ofreciendo una información precisa, en primer lugar para situar a los actores en un entorno sociocultural, y , en segundo lugar, en la medida en que los acontecimientos externos les influyen.
La prosa es transparente, el tono sensible y neutro, y así nos sentimos cercanos por momentos, no por identificarnos directamente con sus vivencias , sino porque Stamm nos traslada que muchas veces, sin que seamos conscientes de ello, nuestras vidas, cualquier vida, tiene dentro acontecimientos propios de cualquier melodrama; la diferencia es tan simple como que en la vida no hay música e fondo ni espectadores y los conflictos son íntimos; unos conflictos que el autor narra con la precisión de un cirujano experto en almas.
Contar bien algo es difícil, como hacer  cualquier cosa bien, se complica si lo que se narra es sencillo y no existen asideros emocionales o se renuncia a ellos, y si además gran parte del recorrido es interior nos acercamos al salto mortal.
Stamm consigue el oro.

Público

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