CINE: COSMOPOLIS de David Cronenberg

Canadá/ Francia 2012
Robert Pattinson. Sarah Gadon. Paul Giamatti. Kevin Durand. Juliette Binoche. Samantha Morton. Mathieu Amalric. Abdul Ayoola. Emily Hampshire. Bob Bainborough.

Cronenberg llevaba un tiempo desconcertando a sus seguidores por su aparente normalidad, llegando a la máxima sorpresa con el aparente academicismo de Un Método Peligroso; para otros, sin embargo, ha pasado de ser un director interesante a un creador potente, con rasgos que lo acercan cada vez más a la grandeza de los clásicos.
En cualquier caso, quien busque en él las rarezas de Crash o de Spider, pueden acercarse a eta Cosmópolis al menos con  cierta tranquilidad.
Y es que Cronenberg vuelve a utilizar un material no apto para todos y lo materializa en una película diferente de lo que habría hecho alguien con un menor nivel de riesgo.
Cosmópolis es un viaje.
Y lo primero que conocemos es a su protagonista, un joven que nos puede recordar a muchos de los que vemos en las páginas de economía mundial. Un triunfador que posiblemente no merezca serlo desde el punto de vista moral. Además, lo sitúan en una encrucijada, un momento donde puede venirse abajo su fortuna.
A partir de ahí comienza el viaje. Y en él, a veces sin orden y siempre sin que los encuentros tengan inicio, se van incorporando personajes que representan diferentes aspectos de la vida del muchacho y, desde es punto de vista, del propio capitalismo.
El dinero parece un elemento más cercano al poder que a la riqueza.
El exterior es al principio un paisaje apocalíptico, ajeno; aunque lo esté cruzando, parece propio de otra galaxia donde la frialdad interior contrasta con revueltas, con desequilibrio, con manifestaciones que recorren desde lo teatral a lo infantil, para terminar en lo dramático. En ello las ratas se convierten en una representación extrema.
Es cuando ese exterior va pregnando en esta odisea, cuando se contamina la trayectoria del protagonista, es cuando deviene el drama.
Con todo ello, el director consigue un nivel de abstracción que convierte el viaje en algo casi mitológico, con diferentes islas; incluso la limusina blanca parece recibir el trato en algunas ocasiones, de un animal, un ser vivo, una especie de dragón .
Cronenberg es para mi ya uno de los grandes, pero en su filmografía sigue existiendo el riesgo.
Apuestas como esta, tan radicales, es fácil que obtengan , incluso en el mejor resultados, cierta irregularidad.
Merece la pena.
Personalmente creo que Cosmópolis es una de las películas más fascinantes que he visto últimamente.

Público
 

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Comentarios

manipulador de alimentos ha dicho que…
Otra criatura pretenciosa del Sr. Cronenberg (por qué no seguir el camino de 'Promesas del Este'?), perdido en sus masturbaciones capitalistas y apocalípticas disfrazadas de vampiros...