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Comprendo que debe de ser un punto de regresión pero me encanta la buena literatura juvenil.
Tengo la sensación de que con ella recupero momentos , épocas , de descubrimiento que eran una verdadera gozada.
El problema es que , ahora que tanto editoriales como autores parecen haberse dado cuenta del filón , la profusión de títulos es tal y su vinculación al marketing ( derivada a otros elementos desde películas a videojuegos ) que no es fácil que no te den gato por liebre.
Por eso es tan gratificante cuando uno se encuentra con una novela como esta.
Y es que , resumiendo, la obra que nos ocupa , contiene los mejores referentes de la literatura de aventuras pero también de los libros de iniciación , con unos personajes que , si bien parten de un dibujo nítido en su definición e intenciones , no por ello huyen de tener un perfil psicológico consistente.
Además , como tiene que ser , en la novela de Ibbotson pasan muchas cosas , todas ellas apasionantes y todas ellas desarrolladas hasta el final , siempre con la maestría de los buenos narradores , que no confunden complejidad con confusión , lo que sería como confundir música con ruido.
Navegamos por el Amazonas , conocemos un internado inglés y una mansión victoriana , vivimos en Manaos, la selva , la ciudad ...
No exagero diciendo que esta autora remite a Dickens y a Salgari, a Pavell y a Magorian.
Cumple perfectamente con la mejor función de la literatura : hacernos viajar a mundos distantes sin movernos de nuestra hogar.
Y por supuesto, no olvida el nivel de exigencia del joven lector : no hay paja.
Sin duda una herramienta formidable para que los pequeños se aficionen a la lectura.
Público
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