CINE: LINCOLN de Steven Spielberg

USA 2012
Daniel Day Lewis. Sally Field. Tommy Lee Jones. John Hawkes. David Strathairn. Joseph Gordon Levitt. Hal Holbrook. Walton Goggins

Con la estupenda War Horse, tuve la sensación de que Steven Spielberg se acercaba mucho al clasicismo de John Ford, así como a sus referentes.
El hecho de que su siguiente proyecto fuese Lincoln, recordando El Joven Lincoln, uno de los logros de Ford, me acercaba más a esa teoría, algo que, por supuesto, no me disgustaba lo más mínimo.
Y existen características comunes, sin duda: ese clasicismo narrativo; la capacidad de crear los planos, tanto los intimistas como los corales; el uso sutil de la banda sonora pero haciéndola presente; el excelente dibujo de personajes...
Pero, no nos llevemos a engaño, Lincoln es todo menos una película simple, incluso me atrevería a decir que es una de las obras más ambiciosas de su autor, lo que ya es decir.
Y es que su director se propone trazar el perfil de uno de los personajes más admirados de la historia de los Estados Unidos de América, pero no sólo eso, sino que también se embarca en narrar uno de los acontecimientos que marcan la base de la democracia más sólida del mundo. Nada menos. Y acierta en ambos cometidos.
Como punto de partida, en lugar del biopic al uso, donde se recorren a grandes rasgos diferentes episodios de la vida del protagonista, se pone el foco en un hecho concreto, la aprobación de la decimotercera enmienda de la constitución, aquella que derogaba definitivamente la esclavitud; el marco histórico es la Guerra de Secesión y gran parte del metraje, se realiza a través del entramado político ( de hecho, la única pega que puedo ponerle a la cinta es que algún aspecto procedimental pueda ser difícil de seguir para el espectador no nativo ). Con una precisión que , por momentos tiene un poco de thriller, se va desarrollando este desafío, abriéndose en diferentes realidades como la compra de votos o, muy especialmente, la necesidad de decidir entre un bien u otro, y con ello se van colocando diversos personajes como peones perfectamente definidos. Es sorprendente que de algo en apariencia tan prosaico se pueda extraer el nivel de emoción que impregna por ejemplo el momento de la votación.
Pero como decía antes, está también el análisis del perfil de su protagonista, y a través de una interpretación magnífica y un guión tan inteligente como minucioso, a pesar de situarnos en un corto arco temporal, conseguimos tener un excelente retrato lleno de matices, del hombre y su vida personal, su relación con sus hijos, con su tormentosa esposa, regalo de papel que aprovecha la siempre perfecta Sally Field, sus orígenes, sus debilidades, el cariz de su lucha... en definitiva, las luces y sombras de un personaje que en aras de la igualdad de los seres humanos, fue capaz de no aprovechar las posibilidades de concluir una guerra, un hombre en definitiva capaz de responsabilizarse ante la Historia de decisiones de esa magnitud, que conocía su papel y lo asumía. Un presidente. El Presidente. Posiblemente, el a mi entender mayor valor de la cinta es esa intromisión en sus vidas privadas, en el interior de sus habitaciones, transmitiendo siempre la sensación de verdad.
Hay muchas más cosas que me gustan de esta película que va creciendo a medida que avanza. Es hermosa por dentro y por fuera. Me gusta su luz, sus estampas y su corazón, me gusta su delicadeza, su absoluta falta de excesos, y me gustan todos sus intérpretes.
Me gusta, creo que me repito, como está escrita y como está hecha.
Pero volviendo al inicio, me gusta muchísimo su olor a cine de siempre.
No sé si la crisis tendrá algo que ver, pero estamos asistiendo a un año de grandes películas. El cine americano explota con largas y logradas propuestas como The Master, La Noche más Oscura, este Lincoln... en el europeo hay gozadas como Amor o Holy Motors. Ante el panorama que tenemos ,es de agradecer. Una vez más, el arte acude en auxilio de la sociedad, y en casos como el que nos ocupa, nos recuerda además que existen unos valores, y que sólo desde ellos  puede crearse una nación que merezca el nombre de tal. Aprendamos.

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