NOVELA: PERSONAS COMO YO de John Irving

Tusquets
425 páginas

Antes que nada , tengo que reconocer que , sin que exista una razón para ello, he leido muy poco a Irving.
De hecho, sólo conozco dos de sus novelas, creo que una se llama Una mujer difícil y la otra es la última , La ultima noche en Twisted River, y ambas me gustaron. Aun así, no lo he seguido.
Pero partiendo de esa afirmación, voy a evitar la tentación de generalizar en comparativos como si fuese un conocedor de su obra; posiblemente hay muchas cosas de Personas como yo que me las recuerdan pero tres sobre catorce es una baja proporción para generalizar.
Algún crítico, ha comparado al autor, salvando las distancias, con un Dickens americano. El lo referencia en algunos pasajes importantes de este libro. Lo cierto es que coinciden en su concepción de larga narración, de historia de una vida plagada de hechos y de personajes ; en resumen, en la figura de contador, de escritor inmerso en lo que parecen largos procesos de creación, destinados a compartirlos con un público plural.
Ese aliento está sin duda en la novela que acabo de terminar.
Recorre la vida de su personaje principal, desde su infancia confusa hasta una melancólica madurez, y lo hace describiendo a la perfección el paisaje exterior e interior de muy diferentes escenarios, y contando con un sinfín de personajes a los que siempre es capaz de otorgar su personalidad singular, su presencia y su motivo para estar ahí.
Considero que lo hace con la maestría que otorga a lo cotidiano ( o no tan cotidiano ) aspecto singular, y convierte lo que podría ser el desarrollo normal de una vida en una verdadera aventura, siendo creador de situaciones especiales en entornos que no lo son . Un recorrido que no deja nunca de sorprender.
Me gusta también mucho su capacidad para crear escenas , casi de una forma cinematográfica, algo que me parece especialmente difícil, y su sentido del humor, en ocasiones caústico pero siempre inteligente.
Pero lo que más me agarra , es su capacidad para transmitir y generar sentimientos, casi materializándolos con una hondura que consigue implicarnos, a pesar de que en ocasiones hayamos sentido cierta superficialidad en la narración.
Los problemas con Personas como yo, se me aparecen más en el contenido.
La narración se centra fundamentalmente en la diversidad sexual, no sólo, como podría parecer en un inicio, en la homosexualidad o bisexualidad de su personaje principal; la variedad de posturas es tal que hay que verlo como algo más amplio. Y también por lo tanto más complejo.
Antes que nada , quiero resaltar que mi ligero rechazo ( a pesar de que mi valoración general es positiva ) no viene de un concepto puritano, ni por supuesto de algunos tramos quizás en exceso escatológicos ( aunque lo cierto es que siento que no aportan demasiado, y lo acerca a un Harold Robbins descafeinado ).  
Lo que no consigo es enfocarlo:
Por un lado, existe un salto entre lo particular y lo general. Sí es cierto, que en diversas áreas , se consigue trasladar un cuadro de la situación social, el desarrollo de prejuicios y tolerancia, el choque entre la tradición y la modernidad ; pero ese no parece ser el objetivo de su autor, con lo que siempre se percibe una cierta distancia ( por otra parte reconocida en alguna ocasión por su personaje central), es decir, el aspecto de crónica me parece incompleto.
Por otro lado, las "aventuras" de Bill, son tan "bizarras" y numerosas , que en ocasiones contaminan el desarrollo de la narración con cierto tono de astracan. Y no sólo Bill sino también el resto de los personajes. Creo que la acumulación termina por pesar. A modo de muestra, decir que se pasean por la novela, un abuelo con tendencias drag, una bibliotecaria transexual, un luchador con ansias por convertirse en luchadora, una prima lesbiana, un padre que recuerda a Paco España... y todo ello, en lo que se supone un entorno de pequeña comunidad universitaria americana.
Finalmente, creo que se manejan algunas conclusiones, cuando menos cuestionables como el caracter hereditario de las especialidades sexuales.
En definitiva, Personas como yo, es una obra entretenida desde el punto de vista narrativo y muy bien escrita; además en muchos de sus pasajes nos divierte y en muchos otros consigue arañarnos el corazón. Pero creo que su autor se ha metido en aguas muy profundas cuando él, posiblemente , esté más acostumbrado a nadar en la superficie, y eso, en temas tan importantes como este, da resultados , repito, cuestionable.
En cualquier caso, quedémonos con un mensaje y posiblemente un objetivo: la tolerancia. Y eso merece la pena recordarlo siempre, y cualquier intento de hacer proselitismo en esta línea, lo aplaudo.

Público

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