DANZA: CONSTELACIONES de Aracaladanza

Cía Aracaladanza
Idea y dirección - Enrique Cabrera
Música - Mariano Lozano y Luis Miguel Cobo
Diseño de vestuario y escenario - Elisa Sanz
Diseño de luces - Pedro Yague
Con:
Carolina Arija. Jorge Brea. Jonatan de Luis. Raquel de la Plaza. Jimena Trueba

He eliminado el adjetivo infantil:
He ido con una de mis hijas a verlo, y el teatro estaba maravillosamente poblado de niños que disfrutaron cantidad y terminaron estallando en aplausos, pero creo que sería limitativo.
Quizás Aracaladanza está ya a tal nivel de calidad escénica, sus espectáculos están tan absolutamente logrados, que , desde su vocación de la adquisición de nuevos públicos, son capaces de entusiasmar a cualquiera.
Puede ser.
Además, se mueven en un nivel de abstracción y de plasticidad visual tan fantástica que es difícil sustraerse a esta mezcla de poesía, magia y belleza.
Los conozco desde Maletas, creo que su primera visita al Teatro Abadía, a partir de entonces, casi no han faltado ninguna Navidad. Recuerdo también una relacionada con el mar.
Tras tocar el universo de El Bosco y de Magritte en Pequeños Paraísos y en Nubes, respectivamente, con Constelaciones cierra una especie de trilogía pictórica de la mano de Joan Miró.
Es esta quizás su pieza más sensorial, menos narrativa, donde no existen ni siquiera pequeñas referencias en sus cuadros, pero sí una sensación continuada de estar dentro de un sueño. Posiblemente sí sea Constelaciones la más divertida visualmente y en la que los bailarines parecen divertirse más. Esto casa totalmente con el espíritu juguetón de los cuadros del pintor, sus formas, sus colores, su movimiento.
El resultado es una gozada, de una plasticidad que no deja de sorprender;a ello contribuyen su atractivo paisaje lunar, bañado por una iluminación que parece danzar también, un vestuario entre surreal y sugerente, y por supuesto una partitura vibrante y llena de notas en constante movimiento.  
No sé si me quedaría con la mujer que parece la noche en movimiento, con los panzudos o las madejas que crecen, con las ropas que esconden otras de colores o el fantástico final, cada minuto de los sesenta que dura la obra es absolutamente maravilloso.
Repito, no sé porqué infantil, cualquiera tenemos el derecho de disfrutar cuando se nos ofrece la oportunidad de asistir a un espectáculo tan feliz.
Gracias, Enrique Cabrera, espero que nos veamos de nuevo las próximas Navidades. Muchos lo esperamos.

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