TEATRO: EL POLICIA DE LAS RATAS de Roberto Bolaño



Dirección y adaptación: Alex Rigola
Andreu Benito. Joan Carreras

El tempranamente desaparecido Bolaño era sin duda un escritor fascinante.
Una especie de Kafka estilizado y poético que no necesitaba crear nuevos mundos para ser diferente, sólo mirar al existente de otra manera.
Así, donde había aburrimiento y desgana o inercia, o el simple paso del tiempo, el conseguía crear inquietud y hasta miedo, en una narrativa alucinada y venenosa, inteligente y de una hermosura siempre extraña.
El Policia de las Ratas es un cuento con forma de thriller.
No desvelaré nada de su argumento para no eliminar la sorpresa de quien decida acercarse a sus páginas o a este escenario. Baste decir , por decir un poco, que reune de forma concentrada y breve todas las constantes de su autor. Que es un relato oscuro y posiblemente cruel, por ello más una parábola que una fábula. Que nos lleva a pensar en la virtud de la diferencia, pero también en la paradoja de que, si diferente es un artista, también lo es un asesino.
Pra trasladar a este autor a un escenario, nadie más adecuado que Alex Rigola.
No pude ver su acercamiento anterior en 2666, pero sí, entre otras cosas, aquel Julio Cesar , tan sobrecargado de lucidez, de inteligencia, de artificio, de teatro, que llegaba a sobrecoger, a agotar.
Aquí está mucho más depurado. Depurado al máximo pero sin perder ninguna de sus virtudes, la principal: ser capaz de ponerse al servicio de la palabra.
Así el cuento se muestra como un cuento, narrado; sólo le hacen falta dos actores, magníficos, dos sillas y dos micrófonos, un gran cadaver y una bolsa de sangre, para trasladar el horror y la poesía: la música entra creo recordar sólo en dos momentos, y es una caricia que da un poco de respiración en la oscuridad.
Lo demás, ya lo he dicho, la palabra . La palabra de Bolaño.
Sólo hace falta una hora.
Para lograr una obra redonda e inolvidable.
Es gracioso, lo comentaba con otra experiencia, totalmente diferente,  de esta temporada , la delicada 2 Ninas para un Chejov: que poco hace falta cuando hay talento.
En el teatro el silencio es sin duda una referencia, no sólo el silencio con el que todos los que estábamos ayer en el Teatro Abadía escuchamos este dueto, sino también el silencio con el que , después de romper en aplausos, abandonábamos la sala, en mi caso con El Policia dentro , y su recuerdo por mucho tiempo.

Público


Comentarios