Carlos Hipólito. Luis Merlo
La receta para una buena comedia la conoce Galcerán de sobra; no en vano, convirtió en gran éxito El Método Grolhom y Burundanga ,y Fuga no le anduvo a la zaga.
Parte de la creación de una situación inesperada pero cercana a la realidad que vivimos, lo que permite que el público pueda identificarse facilmente.
A partir de ahí se va creciendo en el posible disparate, regalando a los actores parlamentos en los que lucirse ( no está lejos, aunque con otra profundidad, Yasmina Reza ).
Parece sencillo, casi fórmula matemática. Pero no lo es si pedimos calidad y sus textos sin duda la tienen. Hay que crear un mecanismo de relojería y una estructura que la sostenga de principio a fin. También hay que medir los tiempos, pasarse podría acercarnos al aburrimiento ( peligro de la reiteración ) algo que se salva en ocasiones como esta, reduciendo la pieza que no alcanza la hora y media.
Todo lo dicho anteriormente no limita la obligación de crear personajes de carne y hueso. La comedia no funciona con títeres.
Para ponerlo en pie, son esenciales los actores.
Luis Merlo hace un buen ejercicio en la creación de un personaje que navega entre la locura y la extravagancia. Pero creo que la función es de Carlos Hipólito, que demuestra una vez más que es uno de los grandes y que se le puede encomendar cualquier cosa.
El Crédito es una comedia muy divertida. Ni más ni menos. Yo lo he pasado muy bien, y con las carcajadas que sonaban a mi alrededor, tengo la seguridad de que no era el único.
Público
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