CINE: EL PASADO de Asghar Farhadi

Francia 2013
Berenice Bejo. Tahar Rahim. Babak Karimi. Ali Mosaffa. Pauline Burlet. Elyes Aguis. Jeanne Jestin

Hace unos años, muy pocos, una película procedente de Irán, Nader y Simin una separación, se convirtió en uno de los referentes de la temporada, para concluir alzándose con el Oscar a la mejor película extranjera.
La cinta tenía muchas virtudes, tanto en su realismo como en su capacidad para atisbar dentro del alma humana.
Sin embargo, personalmente creo que gran parte de su éxito, o más bien de que ese éxito llegase a tanto público ( infinitamente más del que nunca había conseguido un film procedente de Irán ) fue por su universalidad en la gestión de los tiempos y el desarrollo de la narración: si bien la historia narrada era totalmente autóctona, se contaba como si fuese un thriller , tanto en la parte emocional como en la judicial.
A raíz, supongo, de ese éxito, su director ha sido convocado por el cine francés.
Las críticas en su presentación en Cannes fueron diversas, si bien, en su estreno en España, parecen más unánimes decantándose hacia lo positivo. Lo entiendo y lo comparto: por un lado, es sin duda una película excelente, por otro, supone una evolución racional sobre su cinta anterior.
Y es que Farhadi avanza aun más en esa universalidad, alejándose de cualquier asomo de localismo; de hecho, el único anclaje con su país de origen, parece la nacionalidad de los dos protagonistas masculinos, sin que esto tenga ninguna importancia práctica, podrían ser perfectamente franceses sin que nada cambiase.
Pero como decía, El Pasado es otra muestra de que su director es un creador universal, vinculado al cine de género más tradicional e identificable.
El Pasado es un melodrama, un melodrama donde ese pasado irrumpe con su carga de recuerdos y cicatrices para enfrentarse a un presente donde, seguramente fruto de esto, también las relaciones son muy  complejas, hasta el punto de estar cerca dedesmoronarse. Y como fondo, algo tan conocido como un triángulo.
Hay mucho primer plano,  mucho interior de personaje, mucha mirada, mucho silencio, mucho detalle, en definitiva,  muchos de los códigos que podíamos conocer desde Douglas Sirk hasta Almodovar , admitiendo las múltiples diferencias ( como por ejemplo que aquí el humor no tiene ninguna cabida ).
El resultado es muy potente. Gracias sin duda a unos intérpretes excelentes ( guapísima Berenice Bejo ) y a una realización epidérmica, de mano firme, que es capaz de sostener el exceso por otro lado tan aceptable en el género, al tiempo que, con la precisión de un cirujano, es capaz de diseccionar los matices del alma humana.
No se le puede echar en cara a Farhadi acudir a fórmulas existentes siempre que lo haga con oficio.
Y menos si el resultado es tan conseguido como en este caso.
Huele a cine de toda la vida, venga de donde venga.
Ah¡ y no podemos olvidar que, también como marca de la casa, el director nos regala un esplendido final abierto, para que seamos nosotros los que pongamos el fin.

Público

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