NOVELA: EL JILGUERO de Dona Tartt

Lumen
1152 páginas
También disponible en ebook.

Esta es la primera novela que leo de Dona Tartt. Y creo que la tercera que publica.
Parece que es lo más alejado que existe hoy día de una escritora prolífica, dejando una media de diez años entre novela y novela.
Después de disfrutar de El Jilguero,no me extrañan esos plazos,tanto por la extensión de la obra ( que increible que hoy día alguien se atreva a superar las mil páginas ) como por su documentación,una absoluta inmersión en los temas a tratar.
Creo que eso responde a la vocación de narrar,una vocación tan clara como he visto en pocos escritores en la actualidad ,sólo en aquellos que pueden emparentarse de una forma más clara con los clásicos, los que acuñaron la profesión de contar historias, largas y prolijas historias cargadas de colecciones de personajes dibujados de forma completa.
Y es que leyendo a Dona Tartt,he tenido la sensación de estar de nuevo con  Dickens:
Ya he comentado la extensión de la historia, a eso hay que añadir que es un relato compuesto de episodios, y dentro de esos episodios, cada uno está tratado en si mismo con absoluta profundidad, como si fuese casi una obra independiente. Esto se complementa con , como ya he citado, el conjunto de los personajes; de alguna manera podría decirse que, por lo que se refiere a la densidad de su dibujo, no existen personajes secundarios, dado que a todos llegamos a conocerlos con detalle y todos ocupan su espacio en el desarrollo de la narración.
De hecho, hay algo que me encanta, y es que incluso encontramos algunos rasgos comunes con el novelista inglés: entre los personajes tenemos al padre perdido, al bonachón que asume ese papel, a la mujer vulgar, a la familia pudiente, al pillastre y, por supuesto, al niño huérfano, también aparecen los timadores , los granujas ( algunos simpáticos, otros no ); también hay un tesoro perdido y buscado,y varias historias de amor que se cruzan con diferentes intensidades..
Lo que actualiza la propuesta es, no sólo el escenario, sino también el nihilismo; me habría gustado más el final feliz de un Oliver Twist o Grandes Esperanzas, pero esto en ningún caso rebaja la calidad de la propuesta.
En resumen , Tartt se ha colocado en un lugar donde hoy día se atreven pocos escritores, y ha salido airosa de la aventura. Entretiene siempre, apasiona a menudo, como ocurre, desde hace siglos, con las grandes novelas.
El Jilguero lo es.
No quiero decir que sea perfecta, pero sí una gran novela.

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