815 páginas
También disponible en ebook
Francamente no creo que exista algo denominable como literatura femenina, pero sí considero que existe un grupo de escritoras, con una sensibilidad que puede permitirme agruparlas como hijas de Jane Austen, sin duda una mujer que, si bien no terminaba de encajar en el modelo de su época, nunca se arrepintió de serlo.
Austen fue la primera outsider, alejada de su clase, de las convenciones que esta marcaba , y todos sus personajes se movían siempre en la necesidad de buscar su lugar en el mundo.
Pero lo más relevante, y creo que lo que refleja de verdad su inteligencia , es su mirada . No existía en ella agresividad sino inteligencia, serenidad , lucidez y humor ; y desde ahí, buscaba y encontraba.
Sus herederas son esas mujeres capaces de mirar con otros ojos, de observar, de sonreir , de pintar la realidad con una aparente ligereza porque el drama , el exceso, es siempre lo fácil, y desde el ruido es complicado pensar.
Zadie Smith lo hizo en la deliciosa Sobre la belleza, y esta escritora nigeriana de nombre irrepetible, lo hace también:
Nos cuenta una larga historia, tan larga y tan bien narrada, y con unos personajes tan bien definidos, que es imposible no hacerla propia. Es de una mujer que busca un mundo mejor ( aunque la novela huye de lo político frente a lo humano ) , que pelea y lo encuentra, que un día decide volver , y que en todo el recorrido , va cruzando vías carriles que la van situando en el lugar adecuado.
Y es también una larga y preciosa historia de amor, con esquinas , por supuesto, porque lo que se cuenta en Americanah no puede estar más cerca de la vida.
Me llega la sensibilidad de su autora, su olor a verdad, su humor inteligente y su forma de lucha: la que no necesita apedrear sino caminar.
Es una novela balsámica, hermosa, disfruitable. Excelente.
Público
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