TEATRO: SALVATOR ROSA O EL ARTISTA de Francisco Nieva

Director - Guillermo Heras
Intérpretes - Nancho Novo. Angeles Martín. Juan Meseguer. Beatriz Bergamin. Isabel Ayucar. Alfonso Blanco. Carlos Lorenzo. Alfonso Vallejo. Juan Matute. Sergio Reques. Sara Sánchez. Gabriel Garbisú

Francisco Nieva es uno de los clásicos vivos de este país.
Además, creo que su rechazo al realismo ( que presente en esta obra dicho rechazo!  ) le ha hecho más universal de lo que ha resultado ser el teatro social, casi olvidado como una reliquia.
Una especie de moderno Valle Inclán, donde el esperpento pierde crítica y se llena de humor, igual que su antecesor, son tan desbordantes teatralmente sus obras que esto es posiblemente una de las causas de que no se haya representado con mayor frecuencia. Su profusión de imágenes , su mundo propio, no encuentra una traslación sencilla ( ni barata ) a un escenario.
Aun recuerdo mi favorito: un delicado montaje ( creo que dirigido por el propio Nieva ) de El Baile de los Ardientes en un Festival de Otoño de hace unos veinte años; también se debe de recordar la apuesta de Pérez de la Fuente por Pelo de Tormenta.
Ahora, el CDN cumple una buena labor poniendo en pie Salvator Rosa. Creo que es esta sin duda una de las labores de un teatro público, invertir su presupuesto en la adecuada representación de textos nacionales que serían difíciles de afrontar por parte de la empresa privada. Resucitar o impedir que caigan en el olvido nuestros maestros.
Por lo demás, esta propuesta que Guillermo Heras afronta sin duda con un gran amor hacia el escritor, se atreve con una de las piezas que el autor define en el programa de mano como una de sus más ambiciosas Es un muy buen proyecto, pero tiene cierto desequilibrio.
Basada en un personaje que parece su alter ego, durante una breve revolución, nos habla de la libertad , del gozo, pero sobre todo , de la relación entre el arte y la realidad , más concretamente entre el arte y la Historia; se  puede resumir en una de sus frases "La Batalla de Lepanto la ganó Tiziano".
La primera parte es Nieva puro, una gozosa fiesta teatral divertidísima y absolutamente liberrima en fondo y forma, en una Italia de falla, con una escenografía y  una iluminación brillantes y un apasionante vestuario. Los actores consiguen hacernos partícipes del festín, trasladan el texto con infinidad de matices y sin asombrarse de su surrealismo.
Es una tormenta visual e intelectual, donde las acciones se superponen, se desarrollan solas creando la trama por llamarle de algún modo. Sube poco a poco hasta concluir a elevada altura.
Sin embargo, la segunda parte opta por ser más narrativa, algo que es válido desde el punto de vista estructural, pero no puedo dejar de tener la sensación de que se ha perdido algo de la riqueza inicial. Por buscar una comparación fácil, es como si después de una sonora borrachera nos hiciesen ir a clase.
Tal vez tenga algo que ver la falta de la omnipresencia de Nancho Novo, un actor fantástico que hace su personaje propio desde el principio, con absoluta confianza, encanto y generosidad. Desde su primera aparición a través del patio de butacas , consigue enamorar con su subversión cándida y su lenguaje único. Siempre me había gustado pero nunca lo había visto así.
También Angeles Martín, Beatriz Bergamín y Juan Meseguer , están excelentes en un reparto en que nadie falla.
En cualquier caso, no por ello debemos dejar de valorar el conjunto, Nieva es Nieva , y por ello es único; requiere montajes capaces de trasladar , de lanzar al patio de butacas toda su riqueza , toda la potencia de su imaginación , y este lo consigue.
Aplauso.

Público  

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