NOVELA: DISTANCIA DE RESCATE de Samanta Schweblin

Ramdom House Literatura
128 páginas
También disponible en ebook.

No hay que engañarse: con las primeras frases de este diálogo narrativo, puede parecer que nos encontramos ante un texto que va a pecar de críptico.
No es así.
Siempre que seamos capaces de asumir los territorios ambiguos, seguramente herederos del realismo mágico pero también, y sobre todo, de las introspecciones de un Poe, pronto podremos sentirnos ubicados en un lugar desde el cual seguir lo que se nos cuenta.
Y merece la pena.
Distancia de Rescate es, de alguna manera, un relato de terror Digo relato en lugar de novela porque me recuerda a esas narraciones breves de, por ejemplo, Arthur Machen, que alumbraron el género,  con la brevedad de no tener que explicar todo lo que ocurre, sino, fundamentalmente, crear sensaciones, en especial inquietud ante, precisamente, lo desconocido.
En lo que se refiere al contenido, el propio título remite a uno de nuestros principales miedos: no ser capaces de proteger a nuestros hijos, Pero , en una especie de juego de reflejos, también incorpora otro de los referentes más desconcertantes, y es precisamente el que nuestros hijos se conviertan en unos extraños, nada tan peligroso como el dolor que se puede causar desde la inocencia que se convierte en irresponsabilidad, ausencia de compasión y sentimiento de culpa. Además es difícil encontrar mayor situación de desproteción para un adulto que la de tener que defenderse de aquelllo que es lo que más ama.
Y todo esto, en un paisaje rural, pero maleado por el ser humano, que nos transmite su aridez. No es tropical, no es agreste, porque tengo la constante sensación ( de nuevo sensaciones, que bien sabe crearlas esta autora ) de que todo está sucio.
Antes he citado a Poe, porque lo cierto es que este texto magnético se sitúa en un nivel de evocación,, de pesadilla, que podría ser verdad, ser un sueño, ser una leyenda, no ser nada...
La autora nos agarra desde la primera página, o tal vez sería mejor decir nos clava con alfileres, y sin bajar el ritmo, manteniendo un difícil nivel de tensión, y de equilibrio entre lo que nos muestra y lo que nos deja imaginar, no nos suelta hasta el último momento. Algo sacudidos, agradecemos el viaje.
Para mi es una nueva voz, y es una voz particular, muy interesante, sin duda con mucho que contar y sabiendo como contarlo.
Me recuerda al extrañamiento que producían algunos de los cuentos, de los primeros cuentos leídos, del boom latinoamericano. De referencias culturales primitivas que han pervivido, no sólo en su entramado social, sino también en una memoria olvidada de la humanidad ya que no nos resultan del todo desconocidas. Pero ahora están más cerca, quizás porque ya ha dejado de sorprendernos o porque también ellos han tendido puentes literarios con el viejo continente.
Quizás comiencen a ser un poco viejos. Como lo es el terror.

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