NOVELA: SUMISION de Michel Houellebecq

Anagrama
268 páginas
También disponible en ebook.

Supongo que uno de los juicios más injustos ante cualquier obra de arte son las expectativas.
Me adentro en Sumisión con el recuerdo de La Conjura contra América de Philip Roth, otra muestra de política ficción que se encuentra entre lo mejor de su autor ( que, por otro lado tiene mucho bueno ).
También tengo en la memoria la única obra que conozco de Houellebeck ( ¿ puede llamarse El Mapa y Su Territorio? ) y el apasionante juego intelectual que proponía, incluso sacrificando su propio personaje, en un divertido ejercicio de metaliteratura.
Sumisión parte de una premisa que suena muy atractiva y absolutamente actual: la llegada al poder en Francia de un partido musulmán ( logradísima la imagen de la portada, por cierto ). Llegada al poder que, eso es algo muy importante, se produce por la vía democrática.
Desde ahí, apunta una narración que en muchas ocasiones se asoma a lo que esperábamos, el "que pasaría". Pero no es ese el interés de su autor, quizás más sutil pero para mi menos efectivo.
Su decisión es centrar el relato en la transición ( la sumisión ) del personaje central, el propio narrador, siendo el fondo social y político sólo el paisaje tenue donde se enclava. Me suena a exceso la pátina sexual que, supongo, tiene como objetivo agrandar la distancia entre principio y final. También el transfondo filosófico de la propuesta que, al no estar ·narrado· sino expuesto, no consigue interesarme y hace que me encuentre pensando en otras cosas.
Sí me enganchan los momentos en que se explica esa especie de juego de tronos que es capaz de convertir en realidad aquello que parecía imposible ( aterrador si nos lo aplicamos ), así como los apuntes a los cambios sutiles que poco a poco se van produciendo en la sociedad. También es interesante, diría que importante ( y arriesgado ) el planteamiento interior en lo que se refiere a las razones reales de aquellos que enarbolan esa bandera, al parecer adalides de una estructura jerárquica y en las antípodas de la libertad a la que debe aspirar cualquier ser humano.
Sumisión no tiene nada de malo y hay que aplaudir la valentía de su autor en tiempos como los que vivimos. No en vano, creo que ha tenido que suspender algunas de sus presentaciones ( algo que dice mucho de lo que podría ocurrir si esta historia se hiciese real y de la necesidad de que se escriban y publiquen libros como este).
Quizás, lo dije al inicio, sea un problema de expectativas.
No soy justo.

Público

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