CINE: RAMS ( EL VALLE DE LOS CARNEROS ) de Grimur Hakunarson

Islandia 2015
Sigurbur Sigurjonsson. Theodor Juliusson

Es imposible no sentirse sobrecogido por el paisaje de Islandia que nos ofrece Rams.
La cámara del director capta perfectamente su intensidad, y también ese tono a invierno que parece moverse siempre entre la niebla y la melancolía.
Consigue un difícil equilibrio entre mostrar la belleza y no ejercer en la superficialidad de una tarjeta postal.
Y lo consigue porque no es ese su interés, sino contarnos una verdadera historia y, desde ella, trasladarnos el amor que sin duda siente por su país, pero no sólo por su paisaje, sino especialmente por las personas que lo habitan.
Poco sé de esa isla fría y lejana. Me ayudan las declaraciones del director en la presentación. Ahí habla de la importancia que tiene allí vivir de acuerdo con la naturaleza, yo después de ver la película diría que casi fusionado con la misma, y dentro de la ganadería, el especial protagonismo de las ovejas.
Con estos datos, nos asomamos a la relación entre dos hermanos, dos personajes que nos irán dando pistas para entenderlos, conocerlos como si fuesen nuestros familiares, para saber que llevan ya cuarenta años sin hablarse a pesar de vivir a pocos metros y de compartir ( competir ) la afición, veneración, por el ganado ovino.
La trama es simple, como todo el desarrollo de la historia; no hay ningún subrayado, ni efectismos innecesarios. Y sin embargo, lo que ocurre ante nuestros ojos, a mi me consigue apasionar, tal vez porque rezuma verdad.
El final es uno de los más conmovedores que recuerdo, uno de esos que consiguen ponerte el corazón en un puño.
Y es, una vez más, verdad. Lo sé. Que nadie vive feliz en el rencor, que en la peor de las disputas todos deseamos ( y más cuando está en el centro la fuerza de la sangre ) terminar con un abrazo que nos de verdadero calor.
Lo dicho, no hay aquí nada que sobre o que falte. Podría pensarse en uno de los tan valorados feelgood movies que últimamente invaden nuestras pantallas, pero tiene mucha más solidez y en ningún caso se desliza por lo fácil.
Además, el cine nos ofrece la oportunidad de conocer un lugar remoto, que en otro caso quizás nunca llegaríamos a atisbar ni comprender, perdiéndonos su fría belleza.
Rams me parece magnífica, por cierta, por singular, por tener alma.
Una maravilla inesperada.

Público

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