NOVELA: EL HIJO de Philipp Meyer

Random House Mondadori
592 páginas
También disponible en ebook

Es interesante saber que esta novela compitió por el Premio Pulitzer el año en que finalmente este le correspondió a El Jilguero.
Cuando leí aquella larga narración, me llamó la atención su capacidad para atrapar al lector en el modelo más tradicional de contador de historias, y , sobre todo, su aroma dickensiano.
Lo que hace interesante esta liza es precisamente que también El Hijo está construida desde una forma clásica de novelar, de sumergirse en una magna epopeya y de acompañarnos a través de largas peripecias donde el pasado tiene una muy importante repercusión en el presente.
Está claro que las referencias son muy diferentes. Si en la novela de Dona Tartt era Dickens, aquí es Zane Grey e incluso Mark Twain.
El escenario y la época por supuesto no tiene nada que ver, aunque en ambos casos estemos hablando de la Historia de Norteamérica.
Si en la finalmente premiada nos movíamos en un presente cercano, la novela de Meyer se remonta casi al nacimiento de la nación, a la época de los colonos y su necesidad de arrebatar las tierras a sus primeros pobladores, sean estos mejicanos o indios. Lo cierto es que es algo que no deja de sorprender: el salvaje oeste había dejado hace mucho tiempo de ser objeto de buena literatura.
Tal vez lo más moderno hoy día ( algo así comentaba hace unos días al comentar la película de Spielberg El puente de los espías ) sea retornar al perfil clásico de las narraciones.
Nada en El Hijo nos suena desconocido:
Es la historia de una saga, una de esas familias que se desarrollan como ríos arrastrando una maldición que parece transmitirse en la sangre de generación en generación, y que lastra cualquier posibilidad de alcanzar la felicidad a pesas del triunfo económico hasta niveles insólitos, los que posibilitó el petróleo.
Desde ese niño que es secuestrado por los indios hasta convertirse en uno de ellos hasta esa mujer que viaja en avión privado, hay un largo recorrido contado en tres tiempos, tres historias que se van intercalando, no siempre fáciles de atar en el tiempo por lo que entre ellas transcurre pero las tres apasionantes.
Meyer está perfectamente documentado pero no abruma con datos, simplemente dibuja paisajes complejos exteriores e íntimos que nos facilitan integrarnos de una forma total en su odisea.
Tampoco ahorra aspectos más crudos, aquellos que posiblemente también conocía Jonh Ford pero nunca hizo visibles en sus películas.
Tal vez exista algún anacronismo en los diálogos que desconozco si es fruto de la traducción.
En cualquier caso, El Hijo es sin duda una impresionante experiencia lectora, una gran narración, una gran novela que contribuye a afianzar la mitología del que es hoy el país más poderoso del planeta.
Excelente.

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