NOVELA: LAS BOSTONIANAS de Henry James

Penguin Clásicos
616 páginas
También disponible en ebook.

Hasta la fecha sólo había leído de James su conocida novela de fantasmas , Otra vuelta de tuerca, sin duda una obra maestra pero de género breve.
No me había perdido por lo tanto en la inmensidad de la prosa de sus grandes novelas.
Vía adaptaciones cinematográficas conocía alguna otra de sus historias; recuerdo ahora Las alas de la paloma, Retrato de una dama y La copa dorada. En una época en que James Ivory se había convertido en paradigma del buen gusto a la hora de retratar una época, estas narraciones , creo recordar que todas en manos de otros directores, sorprendían por su oscuridad interna, tan alejada de la visión idílica en la que la estética refinada coincidía con las buenas maneras.
Entrar en Las bostonianas , pasarme entre sus páginas estos días , ha sido como una experiencia no sólo hermosa desde el punto de vista literario, sino profunda en lo que se refiere al estudio de una época y de las personas que la habitaban , pero con un importante nivel de universalidad. Sin duda es un acercamiento de cronista a un mundo poco conocido en sus perfiles internos, pero también supone bucear en el alma del ser humano, sin velos, sin edulcorantes , en toda su grandeza pero también en toda su mediocridad.
James maneja las palabras de una forma que combina a la perfección fluidez, precisión y densidad. Desde su posición de narrador omnipresente, nos relata sucesos siendo capaz de trasladar una visión no intrusiva y otorgarles la dimensión del interior de sus personajes.
Más que nunca , los escenarios , dibujados a la perfección en su justa medida descriptiva, están habitados. Las costumbres sociales se muestran sin más ironía que la aceptable pero también asistimos a los efectos que tienen en aquellos que las han aceptado, vemos como los han moldeado.
Hay infinidad de colores en su paleta, tantos como en cualquier personalidad que , ya por el hecho de existir, es constantemente mutable.
Creo que Las bostonianas narra una historia , también oscura, de posesión. Más allá de la vinculación, sin duda importante , al nacimiento y proliferación de los movimientos feministas , del anacronismo de que fuesen representantes de las clases sociales más favorecidas por la injusticia quienes abogaban por una versión parcial de esa palabra. De la necesidad de cambio en un país donde persistían modelos del antiguo régimen.
El odio de Olive Chancellor hacia el género masculino, cuyas raíces se nos esconden, va más allá de los intereses políticos. Creo que hay dudas sobre las reminiscencias lésbicas del núcleo argumental de la novela y no soy lo suficientemente entendido en su autor como para desarrollar esta línea, pero lo cierto es que para mi , la relación central de Las bostonianas tiene mucho de enfermizo, de necesidad de poseer, posiblemente , pienso, fruto de un apasionamiento que , por cortapisas sociales , no es capaz de trasladarse a la realidad, de manifestarse de una forma sana.
A partir de ahí, se desarrolla un argumento poblado de recodos , de fuerza, de giros sorprendentes pero completamente creíbles al mostrarse con tal transparencia que es imposible dudar de su veracidad.
El autor se toma su tiempo, para escribir , más bien contar, con serenidad y lucidez, con la pausa del tiempo que parece transcurrir ante nuestros ojos, y nosotros también debemos tomarnos ese tiempo si queremos disfrutarlo en toda su plenitud.
Antes citaba la capacidad de su autor para , como un psicólogo nada académico ni dogmático, presentarnos a sus personajes como si los hubiese abierto ante nuestros ojos; esto es algo que no sólo se corresponde con el trío protagonista , sino que todos aquellos seres que desfilan por la novela , están dibujados con precisión y generosidad. Pero es en ese trío, en especial en la ya citada Olive Chancellor donde alcanzan un nivel de penetración que debería de elevarla a los caracteres míticos de la literatura universal.
Como ya he dicho al principio, James es oscuro.
Oscura es la relación antes citada , de dependencia y posesión, oscura posiblemente la misión de rescate del joven Basil, oscuro el entorno dominado por la utilización pecunaria de cualquier ser humano y la lucha de clases, oscuro lo que nunca se dice y no podemos dejar de dudar.
Y oscura la frase que cierra esta impresionante novela, dejando en el aire uno de los finales más desoladores que nunca se ha escrito.
Creo que tendré que seguir buceando en Henry James.

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