Salamandra
368 páginas
También disponible en ebook
Es difícil hablar de algunas novelas sin caer en la enfermedad Juego de Tronos: los spoilers.
La Granja es una de ellas.
Nos encontramos ante una novela sobre la verdad, o mejor dicho, sobre la confianza.
El núcleo de esta historia es nada menos que el entorno familiar más cercano; la duda es lo que verdaderamente conocemos de aquellas personas que tenemos más cerca y que incluso han contribuido a conformar nuestra existencia, a convertirnos en lo que somos.
Es ahí donde se centra una narración tan terrible como apasionante.
Sólo citaré el comienzo:
Daniel recibe una llamada de su padre, desde su retiro en Suecia, para contarle que su madre se ha vuelto loca y está ingresada en un psiquiátrico. Minutos después es ella la que le llama para acusar a su progenitor de un cruel complot.
El planteamiento inicial no puede ser más sorprendente.
A partir de ahí se desarrolla una narración compleja y chejoviana en su evolución, llena de recovecos y que obliga al lector a tomar posiciones que van basqueando de un lado a otro.
He devorado este libro.
Me ha agarrado desde las primeras páginas y no lo he soltado en tres días.
Pero poco más puedo contar sin el peligro de dar demasiadas pistas.
Sólo dos observaciones:
Es cierto que el final es rico pero me parece un poco precipitado, contrastando con la serenidad anterior.
Y mi sorpresa de que Rob Smith sea inglés ( aunque de madre sueca ) ya que su obra me parece muy cercana a la tradición de la Europa fría que inauguró Mankell y ahora inunda las librerías. No sólo es el paisaje y la noche, es también ese gótico particular que acerca al género negro al del terror.
Lo dicho, yo sí me callo. Lo contrario me parecería una traición al esforzado autor y al lector que puede compartir mi gozo con este extraño y, repito, apasionante relato.
Público
368 páginas
También disponible en ebook
Es difícil hablar de algunas novelas sin caer en la enfermedad Juego de Tronos: los spoilers.
La Granja es una de ellas.
Nos encontramos ante una novela sobre la verdad, o mejor dicho, sobre la confianza.
El núcleo de esta historia es nada menos que el entorno familiar más cercano; la duda es lo que verdaderamente conocemos de aquellas personas que tenemos más cerca y que incluso han contribuido a conformar nuestra existencia, a convertirnos en lo que somos.
Es ahí donde se centra una narración tan terrible como apasionante.
Sólo citaré el comienzo:
Daniel recibe una llamada de su padre, desde su retiro en Suecia, para contarle que su madre se ha vuelto loca y está ingresada en un psiquiátrico. Minutos después es ella la que le llama para acusar a su progenitor de un cruel complot.
El planteamiento inicial no puede ser más sorprendente.
A partir de ahí se desarrolla una narración compleja y chejoviana en su evolución, llena de recovecos y que obliga al lector a tomar posiciones que van basqueando de un lado a otro.
He devorado este libro.
Me ha agarrado desde las primeras páginas y no lo he soltado en tres días.
Pero poco más puedo contar sin el peligro de dar demasiadas pistas.
Sólo dos observaciones:
Es cierto que el final es rico pero me parece un poco precipitado, contrastando con la serenidad anterior.
Y mi sorpresa de que Rob Smith sea inglés ( aunque de madre sueca ) ya que su obra me parece muy cercana a la tradición de la Europa fría que inauguró Mankell y ahora inunda las librerías. No sólo es el paisaje y la noche, es también ese gótico particular que acerca al género negro al del terror.
Lo dicho, yo sí me callo. Lo contrario me parecería una traición al esforzado autor y al lector que puede compartir mi gozo con este extraño y, repito, apasionante relato.
Público
Comentarios