NOVELA: EL NIÑO EN LA CIMA DE LA MONTAÑA de John Boyne

Salamandra
250 páginas
También disponible en ebook.

Tengo especial admiración a los buenos escritores de literatura infantil y juvenil.
Por un lado me parece especialmente difícil el equilibrio de conseguir acercarse a ellos midiendo su capacidad de comprensión y contribuyendo a su desarrollo.
Además, es fundamental tratarlos como próximos adultos, tanto en la necesidad de cuidarlos como en no edulcorar las narraciones.
Por último, considero que tienen un objetivo tan fantástico como crear futuros lectores. Abrir el mundo a la siguiente generación.
Para mi, estos herederos de Dickens, perdidos en estanterías donde abunda la trampa, merecen el mayor de los respetos.
Boyne se embarca nada menos que en un tema tan delicado como el desarrollo del nazismo entre la primera y la segunda guerra mundial. Y para mayor riesgo, lo hace desde los ojos de un niño que , lejos de la pureza que siempre se exige a estos personajes, terminará alcanzado por el pecado de la soberbia y la atracción del poder.
Hay que contar lo que ocurre, sin convertirlo en una recreación morbosa y sin asustar; pero también haciendo que el lector sea consciente de lo que ocurrió y lo que nunca debería ocurrir de nuevo.
Este niño, pronto huérfano, amigo de una familia judía, que por azares del destino termina nada conviviendo nada menos que con el mismo Hitler, nos hace partícipes de una historia dura, siempre creíble, necesaria.
Podemos comprenderle pero no por ello dejaremos de horrorizarnos ante sus obras y sus traiciones, ante la facilidad para la corrupción.
Dibujada con colores precisos, nunca excesivos y, sobre todo, narrada con una sencillez que sorprende y acerca, la obra fluye de una forma ligera y contundente , con los datos necesarios pero sin que el afán didáctico supere nunca al narrativo.
Una hermosa parábola.
Lo dicho Boyne es un buen escritor pero sobre todo, respetuoso con sus lectores a los que sin duda adora.
En esta novela hay mucha buena literatura, también mucho cariño.
No lo olvidemos: una buena novela infantil / juvenil debe de gustarle también a los adultos, especialmente a aquellos que no renunciamos a mantener en nuestro corazón esa ingenuidad, esa capacidad de ilusionarnos y de disfrutar.
Recomiendo , por supuesto, y sobre todo, recomiendo compartirlo.

Público

Comentarios