CINE: MOONLIGHT de Barry Jenkins

USA. 2016
Trevante Rhodes. Mahershala Ali. Naomi Harris. Janelle Monae. Andre Holland

Moonlight nos cuenta tres etapas de la vida de un personaje que, aunque nos parezca singular, seguramente pueden ser muchos.
Chiron es un niño que comienza a ser consciente de su diferencia, algo especialmente difícil en un entorno marginal. Frente a una madre adicta al crack, las figuras de referencia, sus únicas fuentes de cariño, pasan a ser un traficante que se cruza en su camino y su novia.
Las dos etapas siguientes nos lo muestran en una dura adolescencia de acoso escolar y, finalmente, de adulto, mimetizando a quien en su infancia lo trató como un padre.
Este recorrido de búsqueda y crecimiento, está marcada, como un ligero e invisible cordón, por una sutil relación platónica que guionista y director consiguen convertir en algo más grande e íntimo de lo que podría ser una mera relación homosexual.
Todo avanza hacia un final que es sin duda lo mejor de la película; también de las tres etapas, la última es la mejor, la que da sentido a todo el conjunto.
Lo que se atisbaba hasta entonces, una sensibilidad capaz de apostar por encima de los lugares comunes, se muestra de forma abierta, traspasando si se quiere cierta lógica, pero elevando cualquier existencia a la categoría de singular.
Singular ese muchacho que, hasta el reencuentro, no ha sido capaz de acercarse a nadie más , y que en este, recupera principalmente las pocas dosis de algo parecido al amor que pudo recibir a lo largo de su vida.
Pero me gustaría hablar sobre la posición que ha alcanzado Moonlight como película, con posibilidades a alzarse con el principal Oscar de este año.
Nos encontramos ante una cinta que tiene muchas de las condiciones para ser considerada un descubrimiento de culto:
Se enclava en una comunidad marginada, trata con cierta apertura temas en apariencia sórdidos para el cine de masas, ha conseguido alcanzar a un público generalmente alejados de este tipo de películas, y su director tiene cierta vocación de estilo en alguno de los recodos de su narración.
De todos modos, personalmente creo que esta valoración/ coartada no le beneficia.
Otra vez : el problema de la creación de expectativas.
Moonlight es sin duda una buena película, muy buen en su tercio final.
Está muy bien contada con agilidad y consigue momentos de una belleza sensible, también está muy bien interpretada y, en conjunto como idea es interesante.
No es a mi entender ni una película única, ni la mejor del año, ni una obra que pueda golpearnos en nuestra sensibilidad.
No por ello deja de ser una obra que puede ser considerada diferente , no tanto de lo que se cuenta en cuanto al material, como de la exploración que decide hacer el director de lo que tiene , ya hemos hablado alguna vez de la mirada , y en este caso, más que la forma de la mirada es hacia donde decide mirar.
En cualquier caso, repito, para mi no llegaría al diez aunque sí alcanzaría el ocho.
Es una cinta bella, relevante y que consigue emocionarnos. Eso es mucho. No dejemos que las trompetas de gloria nos lleven al efecto péndulo. Seamos justos.

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