NOVELA: LA VIDA NEGOCIABLE de Luis Landero

Tíquets
336 páginas
También disponible en ebook.

Desde su aparición estelar y sorprendente con Juegos de la edad tardía, no he dejado de leer ninguna de las obras de Luis Landero.
Un escritor heredero de Cervantes y por lo tanto muy español, capaz de convertir nuestra sociedad y nuestra cultura en el paisaje de todas sus novelas, hablando siempre de lo conocido. Haciéndolo desde un realismo que consigue su distancia en cierta ironía y con un lenguaje literario de una riqueza que devuelve a nuestra cultura gran parte de su legado.
Una literatura con cierto sabor añejo, y lo digo en positivo porque es también lo que le emparentar a otros autores como Quevedo, Pío Baroja, Galdós o, en otras disciplinas, a Berlanga.
Como decía al principio he leído todas sus novelas, todas con gozo, pero lo cierto es que no soy capaz de recordar cuantas ni de separarlas en mi memoria.
Y es que Landero siempre opta por un mismo objetivo: nada menos que narrar la vida, eso sí, en niveles más cercanos a la minería que a la holgura, y siempre desde un nivel cotidiano que nos enseña que la existencia de cualquiera puede encerrar aventuras, dramas o incluso tragedias a las que, por razones del entorno, se les hurta la grandeza.
La Vida Negociable, redonda narración, nos cuenta en primera persona la vida de Hugo Bayo, desde su infancia hasta, ya en la madurez, otra de las encrucijadas a las que parece ir guiándole el destino.
Hijo único de una pareja desigual en sus aspiraciones, los primeros capítulos nos llevan a su confuso y desorientado despertar , de terribles consecuencias.
Más tarde, va caminando de vana ilusión en fallido proyecto, tanto desde el punto de vista sentimental como profesional, no lejos del desengaño de la picaresca, mientras se va construyendo interiormente como un hombre amargado, cruel, incompleto, lo más cercano a lo que siempre podremos describir como un fracasado.
Importante señalar que ese fracaso, está menos relacionado con la realidad que con su actitud de aceptación de la misma. Así un final que podría estar lleno de esperanza, se convierte una vez más en una especie de terrible sentencia.
La Vida Negociable es una novela triste.
La obra de los que no consiguieron ni siquiera acercarse remotamente a sus sueños, fundamentalmente porque tampoco hicieron nada real para conseguirlos, ni nunca fueron capaces de asumir sus responsabilidades.
Una vida gris porque no es capaz de dotarla de color, esperando simplemente que, por arte de magia, se cambie por otra.
En cualquier caso, Landero, su ironía, consiguen dotarla de cierto nivel de astracán en su desarrollo, de un humor que crea pasajes verdaderamente divertidos. También El Verdugo contaba una historia terrible y sin embargo conseguía hacernos reír.
Seguiré siempre leyendo a Landero, es uno de los mejores escritores que tenemos. Un cronista sincero y nada efectista, con la serenidad de la inteligencia y la verdad.
Y, sobre todo, con una pluma que abraza, que cuenta, que dibuja.

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