SERIE TV: THE STAIRCASE de Jean Xavier de Lestrade

Francia 2004
Documental.
Duración:
8 capítulos
50 minutos c.u.

He comenzado a ver esta serie sin saber que era un documental.
Mi impresión era que me encontraba ante una narración de género negro, contada de una forma original, con un modelo de docudrama.
Sin embargo, a partir del capítulo tercero, me informo convenientemente: no hay ficción, todo lo que ocurre es cierto. Ha ocurrido.
Lo que antes era admiración ante un producto que me estaba pareciendo apasionante, se convierte también en sorpresa.
Los hechos:
Una madrugada, la policía recibe la llamada desesperada, un hombre informa que su mujer ha sufrido un accidente callándose por las escaleras y se encuentra grave. Al llegar la ambulancia, se encuentran el cadáver rodeado de sangre. Poco después, el hombre, que resulta ser el conocido escritor Michael Peterson, es acusado de asesinato. A partir de ahí asistimos a la preparación de su defensa y a un juicio mediático que, como ya sabemos, terminará en condena.
Lo primero que sorprende es la calidad y la intimidad del material utilizado. Es de tal nivel, que en muchos momentos, cuesta creer que no esté teatralizado. Supone la existencia de una cámara omnipresente , pero sobre todo, supone una actitud que, a mi entender, implica un alto nivel de exhibicionismo.
Comprendo que no debería de sorprender en el mundo donde triunfa Gran Hermano u otro tipo de reality shows.
Pero esto quizás me parece un punto extremo. Ya no tanto porque se presten todos a ser grabados, a que esta historia donde son personajes principales o secundarios, se convierta en crónica. Sino por las actitudes y situaciones que se muestran. De hecho, hay que reconocer la generosidad y la sinceridad de todos ante la cámara.
Hay dos aspectos que convierten el documento a mi entender en único:
Por un lado, mostrar la defensa y, consecuentemente la justicia, como un ejercicio teatral. Un dilema sólo vinculado al dinero que se pueda destinar a ello ( y aun así sin garantías ). Un ejercicio de malabarismo absolutamente descarado y que no tiene nada que ver con la verdad. Incluso utilizando como irónico epílogo las palabras del abogado a quien el veredicto lleva nada menos que a cuestionar los valores de esa sociedad.
En segundo lugar, la realidad como capas que se superponen. Lo que más desconcierta en las continuas reuniones entre acusado y su familia y/o abogados, es el tono jocoso continuo. Tal vez sea una forma de reacción ante el miedo, pero ¿ donde ha quedado el dolor por la pérdida?. Pronto, la muerte de la madre, se convierte casi en un mero recuerdo. En este sentido es importante darse cuenta de que el foco de interés pivota desde que es lo que le ocurrió a ella ( la víctima ), hacia que es lo que le ocurrirá a él ( el acusado ).
Por todo ello,y mucho más,  The Staircase es más que una serie de televisión, es casi una experiencia, material de primer orden para la reflexión, un debate moral sobre la justicia pero también sobre nuestra posición ante ella,
Pero también  es una historia singular y apasionante, que puede enmarcarse entre los muy buenos relatos del género negro y judicial. El director, un artesano metículoso y lúcido, se ha decidido por un modelo difícil y que en principio no parecía muy adecuado a este tipo de narración, ya que, además de las limitaciones materiales, exige un equilibrio continuo para no caer en la tentación de tomar partido.  Consigue en continente y contenido un excelente resultado.
Al final va a resultar que la realidad es, sí, mucho más atractiva que la ficción.

Público

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