CINE: LA SUERTE DE LOS LOGAN de Steven Soderbergh

USA 2017
Channing Tatum. Adam Driver. Farrah Mackenzie. Riley Keough. Daniel Craig. Katie Holmes. Charles Hatford. Seth MacFarlane. Jack Quaid. Brian Gleeson. Katherine Waterston. Dwight Yoakum. Sebastian Stan. Robert Fortner. Hillary Swank. David Dennam.

La aparición de Soderbergh como director fue estelar. Nada menos que la Palma de Oro en Cannes.
Había sorprendido con uns película ligera y agradable, a mi entender sobrevalorada, que reunía todos los códigos del cine independiente americano que causaba entonces furor, pero con una estética más limpia y cierto descaro temático. Era Sexo, Mentiras y Cintas de Video.
A partir de ahí, su carrera fue lo contrario de lo que se podría esperar.
No abandono la capacidad de trabajar en proyectos tan extraños y marginales como Bubble, pero los combina con otros totalmente vinculados al star system de Hollywood y a su modelo de producción más comercial como la saga de Ocean's Eleven, Erin Brokovicz que sirvió un oscar a una actriz tan estrella como Julia Roberts, o Contagio, que recordaba a las cintas de catástrofes más tradicionales.
No quiero con esto dar la impresión de una valoración negativa.
Soderbergh hacía todo esto y lo hacía bien. Se había conformado como un creador camaleónico que, en ocasiones podía incluso recordar a otros aunque siempre con su toque singular. Un creador que, por otro lado, de vez en cuando anuncia una retirada que, por suerte, finalmente no se produce.
Ahora nos llega una nueva obra.
Tiene las características más reconocidas de su autor: ligereza, humor, caligrafía clara, elegancia.
Pero además, tiene también mucho de película personal, de declaración de principios:
La base puede ser tradicional. Una familia de perdedores en la America suburbial, planea el atraco perfecto. Para ello tiene que buscar la ayuda de otros delincuentes de poca monta. El conjunto no ofrece muchas esperanzas de éxito.
Está el dibujo de un país que tiene partes traseras que no siempre se ven. El sueño americano convertido ni siquiera en pesadilla sino en mal sueño para quienes tuvieron en algún momento la posibilidad del triunfo. La tierra sin horizontes donde todo huele a caduco, a feo.
Está el atraco, en los límites de la credibilidad que siempre tienen estas aventuras, aquellas en las que el guión va por delante sin hacernos sentir inútiles, porque a fin de cuentas es una de esas películas por y con su público.
Bien.
Pero el tono es singular.
Desde el principio está claro que estamos más cerca de los Cohen que de Sidney Lumet. Es difícil moverse en ese nivel tan cercano al absurdo y con un movimiento casi de cómic sin por ello distanciarse de la realidad que lo hace creíble.
Además, la historia va parándose a veces en el borde del camino o asomándose a otros senderos.
En general todo es diferente, con una mixtura entre lo sucio y lo chirriante, entre lo ridículo y lo inteligente.
Y sobre todo, estas casi dos horas son un entretenimiento muy muy divertido. Y mucho cine.
Cine en cada minuto, cine como entretenimiento, como espectáculo, como contador de historias con la libertad de moverlas a su gusto.
Para sacar adelante una propuesta como esta, es necesario que el director no este solo, que forme su troupe, algo que los Cohen han hecho muy bien. Soderbergh consigue aquí lo mismo, con un grupo de actores
Estoy convencido de que todos se lo pasaron tan bien como nos lo hacen pasar a nosotros.
No en vano,  el director les regala a todos un final de Feelgood Movie.
Lo compartimos.

Público

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