Mark Rylance. Damian Lewis. Claire Foy. Jonathan Pryce. Bryan Dick. Alex Heaney. Michael Jams Swan. David Bradley. Richard Dillane. Xavier Laurent. Jonathan Aris. Richard Banks. Joanna Whalley Kilmer
Duración- 6 capítulos de 60’ c.u.
Hilary Mantel nos tiene esperando a la tercera parte de su
trilogía sobre Thomas Cromwell. Las dos primeras novelas, Wolf Hall y Una reina
sin cabeza, fueron ambas merecedoras del Booker Prize. Son sin duda una muestra
excelente de literatura histórica rigurosa y no podían tardar en pasar a
imágenes, bien como película bien como serie de televisión.
Lo importante, una vez confirmado el proyecto de la BBC era
como serían sus creadores capaces de afrontar la traslación de esa prosa densa,
abigarrada, y esa estructura narrativa profunda y compleja.
Un vez más, la forma de conseguirlo ha sido separarse del
original para conseguir lo mejor del mismo.
Wolf Hall la serie no intenta contar todos los pormenores
que están presentes en las dos novelas. Habría sido una tarea imposible, no
sólo por la cantidad de acontecimientos sino también por sus matices. A cambio,
el aparente desorden del referente literario, se estructura alrededor de seis
tramas, cada una protagonizando un capítulo, que, enlazadas entre ellas, hacen
avanzar la narración global. Para encuadrar cada bloque, todos los capítulos se
inician con un texto introductorio breve que sitúa a la perfección el entorno y
los intereses que confluyen en el mismo.
Pero lo más importante es un guion perfecto y capaz de
captar lo esencial para que no se pierda nada de la riqueza que podía contener
el libro. Siempre que estemos atentos, es infinito aquello que nos ofrece este
producto.
Lo que se respeta por encima de todo es el contenido. Lo que
hace especialmente interesantes las novelas de Mantel, no es tanto el trasfondo
histórico ya muchas veces revisitado por la ficción, sino su forma de
abordarlo, desde un doble análisis: el íntimo y el social.
El íntimo se presenta con un análisis minucioso de los
principales personajes, en especial de alguien tan titánico como Cromwell, un
hombre de origen humilde y castigado por la vida hasta que logra auparse como
uno de los más poderosos de la Inglaterra de su época inteligente, esquivo y en
apariencia poco escrupuloso, aunque con un fondo ideológico muy comprometido en
lo que se refiere a las reformas de la iglesia.
Ante ese fascinante ser , que es sin duda el motor del
interés de la escritora, se presentan también retratos de personajes tan popularizados
como Enrique VIII y Ana Bolena, ausentes de cualquier mitificación,
recordándonos que la soberbia, la ambición, la codicia o la lujuria, sin otras
justificaciones, son motores que en muchas ocasiones han movido el mundo. El
abrazo final del monarca a quien ha cumplido sus deseos, es muy elocuente.
Pero con respecto a Cromwell, y para enlazar con la otra
visión, es importante recordar que, como nos muestra de forma constante esta
narración, nunca consiguió alcanzar el status de noble, a pesar del poder antes
citado y de ser posiblemente la persona de la corte que se encontraba más cerca
del Rey. Esto nos sitúa en el análisis de una sociedad de clases rígida,
estructurada alrededor del nacimiento y tan férrea como las castas hindús. Una
pirámide que sin duda generó también una sociedad injusta y rencorosa.
Por lo que se refiere a la producción, a la adecuación
británica habitual en estos productos, hay que añadirle una sobriedad casi
realista. El director entiende el peso de los personajes y de sus motivaciones
y es a ellos a quienes observa de cerca. Por eso es tan importante conseguir
una interpretación como la del shakespiriano Rylance, capaz de poner todo en
una mirada. Sorprende también, por no haberlo pensado antes, el parecido de
Lewis con la imagen icónica de Enrique VIII. Foy es de nuevo reina y de nuevo
está perfecta. Veteranos como Pryce sólo podían sumar al conjunto.
Sé que también se ha convertido Wolf Hall en obra de teatro,
algo que me parece todavía más difícil. Me encantaría poder verla.
Mientras alguien se decide por proyectarla o traerla a
España o tengo la oportunidad de volver a Londres, me contentaré con haber
disfrutado de esta excelente serie de televisión, capaz de demostrar los buenos
productos que se pueden hacer de buenas novelas, sin que las dos fuentes entren
en colisión.
Y por supuesto, a esperar la tercera parte de la trilogía de
Mantel, algo que espero, no se haga esperar demasiado.
Público
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