TEATRO: BODAS DE SANGRE de Federico García Lorca

Director.-
Pablo Messiez
Intérpretes.-
Gloria Muñoz. Francesco Carril. Julián Ortega. Carlota Gaviño. Estefanía de los Santos. Guadalupe Alvarez Luchia. Claudia Faci. Carmen León. Pilar Gómez. Juan Ceacero. Fernando Delgado Hierro. Pilar Berges. Oscar G. Villegas

Siempre he pensado que Bodas de Sangre es una obra casi imposible de representar a la altura del texto.
Es tal su nivel poético, su base de tragedia griega, que sólo puedo imaginarla en un estado de éxtasis constante, de altura sensual, onírica, que dejase traspasar la belleza física de la palabra entre las imágenes.
La película La Novia fue una buena aproximación que depuraba la trama y el entorno, convirtiendo las tierras andaluzas en un lugar sin Dios. Aun así no la alejaba del color local.
Ahora Pablo Messiez nos trae una propuesta totalmente diferente.
Lo primero hay que decir de esta versión irregular es que se posiciona en un lugar de riesgo, y cuando el riesgo se asume con talento, debe de haber un aplauso inicial.
Ahora el resultado.
Messiez comienza con el prólogo de Comedia sin Título. Una mujer desnuda con melena de plata. La Muerte. Entre tres paredes blancas. Una extraña forma de buscar la poesía. Fría.
A partir de ahí, nos encontramos con una cierta vulgarización estética, puede entenderse como actualización, sacar la obra de su tiempo y también de su entorno. No se puede evitar que, en un principio, las palabras que Lorca dibujo con delicadeza creando esos bellos diálogos, choquen, no terminen de empastar con lo que ocurre en el escenario.
Poco a poco voy entrando.
Llegamos a la boda.
La ceremonia es larga, se adorna con música y poesía. Está bien coregrafiada y también vale desde el punto de vista cromático ( dentro de la vulgaridad antes citada ).
Llega el vals de Leonard Cohen. Y ahí, la voz y el gesto de Guadalupe Alvarez Luchia por fin nos eleva al nivel de emoción al que intentábamos subir, montados en las palabras, pero donde no terminábamos de llegar.
Desde ese punto, puede ser cuestionable el trío a la luz de la luna que, por otro lado, cuela cierta sensualidad al conjunto, pero lo cierto es que nos quedamos enganchados en ese grado de emoción, nos untamos en la poesía del autor y nos mantenemos en ese nivel hasta las últimas palabras de Gloria Muñoz, pasando por el ligero homenaje a El Público, tanto en las dos limpiadoras como en el aire de metateatro de la última escena.
Gloria Muñoz. Que gran actriz. Es ella quien otorga a la representación la grandeza. Ella y Estefanía de Santos, esa hija de la Poncia, son las mejores interpretaciones en un conjunto que, aunque homogéneo, no pasa de lo correcto. Pero el dolor de esa madre, nos traspasa.
La propuesta de Messiez , ya lo he dicho, es arriesgada, y el resultado irregular. No acaba de tener unidad, pero si momentos muy buenos junto a otros más convencionales.
Sin duda merece la pena verla.
Pero Bodas de Sangre sigue sin tener una versión que esté a la altura de lo que escribió el poeta. No es fácil.

Público

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