TEATRO: TEBAS LAND de Sergio Blanco

Director.-
Natalia Menéndez
Intérpretes.-
Israel Elejalde. Pablo espinosa

Desde el punto de vista de las referencias clásicas , es normal emparentar cualquier referencia al parricidio con el mito de Edipo.
De todas maneras , en este inteligente texto, pienso que el reflejo es realmente la magnífica novela de Truman Capote, A Sangre Fría.
Hay un crimen, horrible, hay un asesino, un joven atractivo, con mucho de ángel negro en su aparente inocencia, cuando lo sabemos capaz del horror. Y hay un escritor interesado en producir una obra a partir del suceso sangriento, que termina fascinado con el muchacho. Un Pigmalión confundido, que no acaba de atreverse a hacerse la pregunta sobre quien está obteniendo más de los encuentros entre ambos.
En Tebas Land también conocemos al actor que va a interpretar al asesino. Se convierte en otro vértice dentro de la construcción de la obra y, en definitiva, de la construcción del relato metateatral que se representa.
La investigación, en la que el autor pretende indagar sobre quien está detrás del parricida y sus motivaciones, se convierte realmente en una investigación emocional donde , en muchas ocasiones nos vemos obligados a pensar que estamos hablando de nosotros mismos y, muy especialmente de nuestras dudas.
Son muchos los temas que aparecen entre sus frases, pero no más que los que cualquier ser humano puede llegar a plantearse cuando se atreve a pensar sobre sus aspectos oscuros.
Al margen de la puesta en pie que nos ofrece el Pavón Kamikaze ( posiblemente el proyecto teatral más apasionante en Madrid ) de la que luego hablaremos, me fascina el texto de Sergio Blanco.
Funciona como un juego de espejos, navega entre la realidad y la ficción con una precisión absoluta salpicada de referencias casi mágicas, pero lo que más me impresiona es que esa perfección formal en ningún caso ahogue el alma de sus personajes, que van desnudándose ante nuestros ojos hasta llegar a una de las escenas más complejas y hermosas que recuerdo haber visto últimamente, y que podría calificarse como algo parecido a una escena de amor.
Tebas Land , ya lo he dicho, me parece fascinante, además de atraparme en su laberinto interior, me emociona.
Y gran parte de la culpa la tiene esta función:
En un escenario perfecto y sobrio de Alfonso Barajas ( nunca falla ), Natalia Menéndez consigue la precisión de un reloj, pero siempre, ya lo he dicho, dejando que se filtre el aire, que los personajes, y con ellos el público, respiren.
La necesidad de dos intérpretes perfectos es siempre un riesgo. De Israel Elejalde hay poco que decir que no haya dicho ya, es sin duda uno de los grandes de nuestro teatro, que aúna su capacidad interpretativa con riesgo y compromiso, siempre ajeno a cualquier exceso. Y en este caso es muy generoso con su compañero. No conocía a este joven actor, PabloEspinosa. Su papel le exige un desdoblamiento que no siempre es fácil. Pues bien, lo borda, con técnica, con frescura, con inocencia y violencia. Es imposible no compadecer a su Martín, no sentir la necesidad de abrazarlo y ayudarle a buscar un lugar en el mundo, no sentir su dolor y terminar con el corazón encogido pensando en su futuro.
Tebas Land es , una vez más, un acierto de los Kamikaze.
Una propuesta teatral magnífica,que, como siempre ocurre en este teatro, tiene mucho de sorprendente.
Pensar y sentir, todo en apenas una hora y cuarenta minutos.
Como debería de ser siempre el teatro, una experiencia personal en la que intervienen mente y corazón.

Público

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