2017.- Bélgica
Hiam Abbass. Diamand Bou Abboud. Juliette Navis. Mohsen Abbas
Alma mater es una de esas películas que tienen algo ganado, en lo que se refiere a captar el interés del espectador, por su artificio.
Como ocurría con Sierranevada ( no las comparo, están en las antípodas en fondo y forma ), todo sucede en el espacio cerrado de un apartamento. Pero lo que en aquel caso era una celebración aquí es consecuencia de una terrible situación de guerra.
Nos encontramos en Siria, en una ciudad en ruinas poblada por francotiradores y delincuentes capaces de aprovecharse de cualquier situación. Una familia, liderada por la madre quien asume todo el peso de la situación, se mantiene en situación de encierro en su casa, en un edificio donde no quedan más habitantes.
Se han incorporado una pareja de vecinos con un bebé, un joven novio de una de las hijas y la criada.
Vamos a compartir con ellos 24 horas. Un día donde ocurrirán cosas terribles, pero que podrán seguir ocurriendo en jornadas posteriores, nada empieza, nada termina en esta película.
Y si bien en ocasiones el director utiliza de forma sutil acompañamientos musicales para resaltar algunos momentos, lo cierto es que no existe virtuosismo ni alardes en la utilización del espacio cerrado. Hay coherencia en este comportamiento ya que la decisión del escenario no es estilística sino de contenido.
Lo que más me llega de Alma Mater es lo que percibimos en diferentes detalles, fundamentalmente adivinar los antecedentes de estos personajes, posiblemente en una vida y en un entorno muy diferente del que ahora tienen que asumir. La casa es más que correcta, tienen incluso una criada y, sobre todo, una importante biblioteca en la que el abuelo pierde sus ojos para escapar de la realidad que le rodea. Todo esto hace mucho más duro el contraste.
Sin embargo, tengo un problema importante con esta película que valoro como mucho más que correcta. Y es que no consigo conectar emocionalmente con lo que ocurre en la pantalla, con el dolor de sus personajes.
No sé si les falta desarrollo o me falta información para conocerlos mejor y poder empatizar con ellos.
No sé si todo sucede demasiado pronto.
O, por supuesto ( siempre recuerdo lo subjetivo de mis comentarios ) puede que yo tenga un día distante.
El caso es que sólo soy capaz de valorar su correcta filmación, de alabar la interpretación de todos y especialmente de Hiam Abbas ( ya conocida, por ejemplo de Los Limoneros ), por supuesto de aplaudir su compromiso y la necesidad de esta crónica, para que lleguemos a comprender lo que le está ocurriendo a seres humanos no tan diferentes de nosotros.
Pero no soy capaz de compartir se dolor. Me parece limitada en su influencia. Algo plana.
Creo que la idea inicial podría haber generado algo más potente aunque quizás, admito, esta sea una propuesta mucho más sincera.
Y por supuesto reitero que merece la pena verla y que entra dentro de lo posible, que el problema sea mío.
Público
Hiam Abbass. Diamand Bou Abboud. Juliette Navis. Mohsen Abbas
Alma mater es una de esas películas que tienen algo ganado, en lo que se refiere a captar el interés del espectador, por su artificio.
Como ocurría con Sierranevada ( no las comparo, están en las antípodas en fondo y forma ), todo sucede en el espacio cerrado de un apartamento. Pero lo que en aquel caso era una celebración aquí es consecuencia de una terrible situación de guerra.
Nos encontramos en Siria, en una ciudad en ruinas poblada por francotiradores y delincuentes capaces de aprovecharse de cualquier situación. Una familia, liderada por la madre quien asume todo el peso de la situación, se mantiene en situación de encierro en su casa, en un edificio donde no quedan más habitantes.
Se han incorporado una pareja de vecinos con un bebé, un joven novio de una de las hijas y la criada.
Vamos a compartir con ellos 24 horas. Un día donde ocurrirán cosas terribles, pero que podrán seguir ocurriendo en jornadas posteriores, nada empieza, nada termina en esta película.
Y si bien en ocasiones el director utiliza de forma sutil acompañamientos musicales para resaltar algunos momentos, lo cierto es que no existe virtuosismo ni alardes en la utilización del espacio cerrado. Hay coherencia en este comportamiento ya que la decisión del escenario no es estilística sino de contenido.
Lo que más me llega de Alma Mater es lo que percibimos en diferentes detalles, fundamentalmente adivinar los antecedentes de estos personajes, posiblemente en una vida y en un entorno muy diferente del que ahora tienen que asumir. La casa es más que correcta, tienen incluso una criada y, sobre todo, una importante biblioteca en la que el abuelo pierde sus ojos para escapar de la realidad que le rodea. Todo esto hace mucho más duro el contraste.
Sin embargo, tengo un problema importante con esta película que valoro como mucho más que correcta. Y es que no consigo conectar emocionalmente con lo que ocurre en la pantalla, con el dolor de sus personajes.
No sé si les falta desarrollo o me falta información para conocerlos mejor y poder empatizar con ellos.
No sé si todo sucede demasiado pronto.
O, por supuesto ( siempre recuerdo lo subjetivo de mis comentarios ) puede que yo tenga un día distante.
El caso es que sólo soy capaz de valorar su correcta filmación, de alabar la interpretación de todos y especialmente de Hiam Abbas ( ya conocida, por ejemplo de Los Limoneros ), por supuesto de aplaudir su compromiso y la necesidad de esta crónica, para que lleguemos a comprender lo que le está ocurriendo a seres humanos no tan diferentes de nosotros.
Pero no soy capaz de compartir se dolor. Me parece limitada en su influencia. Algo plana.
Creo que la idea inicial podría haber generado algo más potente aunque quizás, admito, esta sea una propuesta mucho más sincera.
Y por supuesto reitero que merece la pena verla y que entra dentro de lo posible, que el problema sea mío.
Público
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