EXPOSICIÓN: PICASSO Y EL MUSEO

Círculo de Bellas Artes
Madrid
Hasta el 16 de mayo

Siempre he tenido la sensación, desde mi ignorancia pictórica, que Picasso es un personaje donde hay muchos personajes.
Desde el pintor totémico, machista consentido, brutal en ocasiones y egocéntrico hasta los límites que sólo a un artista se le toleran, hasta el pornógrafo morboso. Desde el poeta estilizado de su época azul, al creador de un mundo singular tan hipnótico y lleno de significados como cruel.
Y, sobre todo, un desaforado generador de imágenes.
En esta exposición, fantástica, descubro una nueva faceta y es la del pintor integrado en el arte, en la admiración generosa y vampírica a un tiempo, de otros genios, en una capacidad de apropiación e imitación descarada, abierta, que puede bascular siempre entre el homenaje y el robo.
La colección está dirigida ( y perfectamente contada y estructurada ) sobre las referencias explícitas reconocidas por Don Pablo y que siempre se vinculan a descubrimientos encontrados en diferentes museos, con El Prado en cabeza.
Degás, Velázquez, Goya, Rafel  El Greco, por supuesto, .... Todos están aquí, interpretados por un pintor posiblemente distante en formas pero idéntico en su amor al arte.
Y en este contexto, destaca la apabullante capacidad creadora, fundamentalmente en dibujos de trazo en apariencia ligero pero todos ellos parte de un mundo singular o, más bien, de una forma de retratar el mundo existente, consiguiendo que el interior se asome siempre a la superficie con una singular capacidad perturbadora.
Exposición muy buena desde el punto de vista didáctica y que no llega como algo torrencial.
Posiblemente tan torrencial como su autor.
Nota: descubro en esta visita una reproducción de un cuadro de interior que desconocía de Degás ( un pintor llevando a otro ) aun no me he repuesto de su bofetada y su oscura belleza.

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