SERIE: EL CRIMEN DE LIVERPOOL ( LITTLE BOY BLUE ) de Paul Whittington

UK 2017
ITV Broadcasting
Director.-
Paul Whittington
Intérpretes.-
Stephen Graham. Sinead Keenan. Brian F O'Byrne. Matthew Roberts. Laura Dos Santos. Elizabeth Berrington. Sara Powell. Jodie McNee. Michael Moran. Nathan Clark Smith. Faye McKeever. Paddy Rowan. Jack Corrie. Howard Corlett. Gerard Horan. James Nelson Joyce. Stephen Walters. Heather Bleasdale. Kerrie Hayes. Robbie O`neill. Christine Tremarco. Sylivia Gatril. Michael Baker
Duración.-
4 Capítulos 45`c.u.

La producción británica de series de televisión ( o miniseries, es indiferente ), se puede, simplificando mucho, agrupar en dos polos:
Por un lado la histórica elegancia, que en cine tendría su referencia a James Ivory, que posiblemente se da a conocer internacionalmente con joyas como Retorno a Brisehead o Arriba y Abajo, y ha culminado hasta el .
momento en Downtown Abbey.
En el otro, y buscando de nuevo un símil cinematográfico, estaría el realismo Ken Loach, aquel que nos muestra la Inglaterra de los barrios obreros donde nada es tan hermoso.
Avisamos:
El Crimen de Liverpool se inscribe en el segundo grupo, y no es tanto un thriller, como podría pensarse de la engañosa traducción española del título,  como una serie sobre el dolor, la ausencia y la falta de futuro.
Además, está basada en un tristísimo suceso real, la muerte por un disparo de un niño de once años y la búsqueda de los culpables. Esto último, al menos en mi caso, hace que las sensaciones sean mucho más epidérmicas.
Liverpool no es una ciudad hermosa, como parece querer mostrarnos su director en industriales planos generales, pero es un lugar para vivir. Lo que en la superficie parece ser una ciudad más en un gran país, esconde al parecer una corriente subterranea de delincuencia juvenil, absolutamente irresponsable pero sobre todo, ya imbuida de modelos y resultados equiparables a la crueldad de los adultos.
Una lucha de bandas donde el territorio merece sangre, aunque esta sea inocente.
Antes decía que la serie hablaba de la ausencia de futuro. Esto me gustaría plantearlo desde tres prismas diferentes:
Por un lado, sin duda, la del niño, ese pequeño que podría ser cualquiera. Pensar que en el primer mundo, en un país como Inglaterra, la vida puede desaparecer de forma inesperada y absurda, es casi una aberración.
También, y es de los contenidos que más me interesan de esta propuesta, de la falta de futuro de esos muchachos a la deriva, de esos jóvenes que con dieciseis años ya saben matar y despreciar el dolor ajeno, que pueden ser indiferentes ante cualquier cosa que no sean sus propios intereses. Me sorprende y me aterra su emulación de los peores referentes, su maldad casi pura y la cruel defensa de sus familiares.
Por último, hay futuro en los adultos, pero también este ha quedado desviado, llevado a punto muerto, por la onda expansiva de un suceso que causa un dolor que personalmente me resisto a imaginar. Porque Little Boy Blue habla también de eso, de la forma de llevar el luto interior y la necesidad en ocasiones de vivirlo sólo o, en cualquier caso, la imposibilidad de compartir algo tan íntimo de forma plena.
Como siempre, la interpretación está en manos de un grupo magnífico de actores, tanto los adultos como los más jóvenes, de ellos es en gran parte la culpa de que la rabia y ese dolor que ya he citado varias veces, afloren con violencia mientras intentamos comprender lo ocurrido. También de la mano sobria de un director que comprende que a veces la realidad no necesita de efectos, que sólo es necesario contarla.
El Crimen de Liverpool me parece una serie magnífica y coherente, válida como crónica de la desesperanza pero también de la cloacas de la sociedad en un país civilizado. A veces la evasión está lejos pero es que en ningún caso deberíamos de huir del conocimiento.

Público 

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