CINE: READY PLAYER ONE de Steven Spielberg

USA 2018
Tye Sheridan. Olivia Cooke. Ben Mendelsohn. Mark Rylance. Simon Pegg. T J Miller. Hannah John Kamen. Win Morisaki. Phillip Zhao. Julia Nickson

La idea de partida no puede ser más atractiva y, lamentablemente, más actual.
La humanidad parece haber llegado a un punto donde la ciencia ficción no queda ya tan lejos.
En un mundo feo y decadente, un reflejo virtual denominado Oasis se convierte en un trasunto de existencia paralela donde, no sólo se puede conseguir todo aquello que se quiera sino que uno puede alcanzar el máximo sueño del ser humano: ser quien le gustaría ser sin ninguna limitación más allá que la que su imaginación alcance.
El conflicto, por lo tanto, tendrá lugar en ese mundo ficticio, mucho más contundente que el real.
Pero en esta distopía no nos estamos planteando, o no a fondo, problemas de desarrollo social y cultural.
Spielberg hace cine y Ready Player One es una contundente obra cinematográfica con, como principal objetivo, aquel que inspiró a la colección de creadores que en los años ochenta nacieron alrededor de quien se denominó como el Midas del séptimo arte: el entretenimiento.
Ya en sus dos películas anteriores, El Puente de los Espías y Los Papeles del Pentágono, el director hacía una apuesta clara por recuperar el cine más clásico de Hollywood. No sé si esto es eso que denominan postmodernidad o si es una reacción consciente frente a la misma. El caso es que los resultados eran excelentes.
Ahora , aunque avanzando un poco, sigue en ese modelo de regresión.
Y es que esta propuesta , homenajes claros al margen, es una clara apuesta por la recuperación del cine ochentero, de aquel cine americano que nos pegaba al asiento y conseguía divertirnos sin complejos.
Por supuesto, el protagonista es un adolescente y, por supuesto, pronto tiene a su alrededor a una pandilla de personajes que le ayudan en su objetivo, chica incluida, por supuesto a los malos se les nota que son malos, y por supuesto los efectos especiales son de primera calidad.
En el cine cabe todo.
Creo que este blog es en ese sentido un claro ejemplo: cine que tiene como objetivo acercarnos a otras culturas, hacernos pensar o mostrarnos la realidad en toda su crudeza para recordarnos la necesidad de reaccionar. También preciosas obras de arte. Pero no por ello hay que dejar de lado o avergonzarse por intentar pasar un buen rato.
Esto es lo que parece reivindicar Ready Player One.
Lo que es exigible es el compromiso con conseguir una buena obra, con la calidad, la inteligencia y el respeto al público. Y en este sentido, es modélica.
Con un estupendo guion, la cinta es como un gran parque de atracciones, un juego plural y lleno de giros y de aciertos al que es imposible no engancharse.
Posiblemente muchos lo calificarán como una americanada.
Para mi, es otra de las buenas de su director. Y un buen recordatorio donde éramos más jóvenes y posiblemente tuviésemos menos complejos.

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